Miles de personas esperan horas para presentar sus respetos al Papa Francisco
April 24, 2025 at 9:13 a.m.
CIUDAD DEL VATICANO CNS – Después de que el féretro con el cuerpo del Papa Francisco fuera colocado en la basílica de San Pedro, decenas de miles de dolientes hicieron fila para presentar sus respetos.
El féretro abierto fue trasladado el 23 de abril desde la capilla de la Domus Sanctae Marthae, donde el Papa había vivido, a la basílica.
A medida que avanzaba el día, se formaron dos filas, una a la derecha de la basílica y otra en torno a la izquierda. Avanzando a paso de tortuga, las filas convergieron en los controles de seguridad situados bajo la columnata que rodea la Plaza de San Pedro, antes de unirse en una fila masiva que atravesaba la Puerta Santa y se dirigía hacia la nave central.
Los tiempos de espera variaron: a algunos les dijeron que esperaran tres o cuatro horas, mientras que algunas personas que salían de la basílica dijeron que habían tardado casi cinco horas.
Matteo Bruni, director de la oficina de prensa del Vaticano, dijo que en las primeras 24 horas de apertura al público, es decir, a partir de las 11 de la mañana del 24 de abril, más de 50.000 personas presentaron sus respetos al Papa Francisco, quien falleció el 21 de abril.
En un principio, el Vaticano había anunciado que la basílica cerraría a medianoche del 23 al 24 de abril. Sin embargo, dada la afluencia de público, se ampliaron las horas de velatorio, cerrándose finalmente la basílica durante 90 minutos a las 5:30 a.m.
El 24 de abril, los esfuerzos de coordinación con la policía de Roma y los organismos de protección civil parecían más ágiles. Hacia el norte de la basílica, una enorme fila se extendía por la plaza del Risorgimento de Roma y conducía a los controles de seguridad, con voluntarios ataviados con chalecos de color verde neón que guiaban a la multitud por las bulliciosas calles de la ciudad.
A las 8 a.m., miles de personas se dirigían lentamente a la basílica.
Otra fila de peregrinos se formó en la calle principal – Via della Conciliazione – que conduce a la basílica, mientras que una tercera fila se formó en la entrada sur, hacia la izquierda de la columnata de Bernini.
Consuelo y Ana, dos amigas de Valencia, España, que se encontraban en Italia en un viaje de grupo cuando se anunció la muerte del Papa, hablaron con Catholic News Service mientras hacían cola el 23 de abril.
La muerte del Papa "fue una sorpresa total", dijo Ana. "Habíamos reservado este vuelo en enero, y cuando enfermó nos preocupamos un poco, pero no lo esperábamos".
"Su muerte sí que fue una sorpresa", añadió Consuelo. "Le vimos durante la Semana Santa y, aunque parecía muy débil, ¡no esperábamos que falleciera!".
Las dos amigas dijeron a CNS que, a pesar del calor del sol romano y de las cuatro horas de espera que les esperaban, querían presentar sus respetos.
Consuelo se mostró triste por la muerte del Papa Francisco "porque se entregó a la gente. Era un Papa que quería una Iglesia más cercana a la realidad de hoy. Y duele, duele (que haya fallecido). La Iglesia debería abrirse más a la sociedad del siglo XXI y eso es lo que él intentó hacer".
Ana dijo a CNS que no se inmutó por la larga espera en la cola y que estaba "dispuesta a esperar hasta el final".
"Mira, soy atea, pero aun así le admiraba", dijo. "Fue un Papa ejemplar que supo abrirse a lo nuevo, a una nueva sociedad, a nuevos mundos. Estoy aquí por este momento histórico y aprovechando la oportunidad de estar aquí en Roma".
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CIUDAD DEL VATICANO CNS – Después de que el féretro con el cuerpo del Papa Francisco fuera colocado en la basílica de San Pedro, decenas de miles de dolientes hicieron fila para presentar sus respetos.
El féretro abierto fue trasladado el 23 de abril desde la capilla de la Domus Sanctae Marthae, donde el Papa había vivido, a la basílica.
A medida que avanzaba el día, se formaron dos filas, una a la derecha de la basílica y otra en torno a la izquierda. Avanzando a paso de tortuga, las filas convergieron en los controles de seguridad situados bajo la columnata que rodea la Plaza de San Pedro, antes de unirse en una fila masiva que atravesaba la Puerta Santa y se dirigía hacia la nave central.
Los tiempos de espera variaron: a algunos les dijeron que esperaran tres o cuatro horas, mientras que algunas personas que salían de la basílica dijeron que habían tardado casi cinco horas.
Matteo Bruni, director de la oficina de prensa del Vaticano, dijo que en las primeras 24 horas de apertura al público, es decir, a partir de las 11 de la mañana del 24 de abril, más de 50.000 personas presentaron sus respetos al Papa Francisco, quien falleció el 21 de abril.
En un principio, el Vaticano había anunciado que la basílica cerraría a medianoche del 23 al 24 de abril. Sin embargo, dada la afluencia de público, se ampliaron las horas de velatorio, cerrándose finalmente la basílica durante 90 minutos a las 5:30 a.m.
El 24 de abril, los esfuerzos de coordinación con la policía de Roma y los organismos de protección civil parecían más ágiles. Hacia el norte de la basílica, una enorme fila se extendía por la plaza del Risorgimento de Roma y conducía a los controles de seguridad, con voluntarios ataviados con chalecos de color verde neón que guiaban a la multitud por las bulliciosas calles de la ciudad.
A las 8 a.m., miles de personas se dirigían lentamente a la basílica.
Otra fila de peregrinos se formó en la calle principal – Via della Conciliazione – que conduce a la basílica, mientras que una tercera fila se formó en la entrada sur, hacia la izquierda de la columnata de Bernini.
Consuelo y Ana, dos amigas de Valencia, España, que se encontraban en Italia en un viaje de grupo cuando se anunció la muerte del Papa, hablaron con Catholic News Service mientras hacían cola el 23 de abril.
La muerte del Papa "fue una sorpresa total", dijo Ana. "Habíamos reservado este vuelo en enero, y cuando enfermó nos preocupamos un poco, pero no lo esperábamos".
"Su muerte sí que fue una sorpresa", añadió Consuelo. "Le vimos durante la Semana Santa y, aunque parecía muy débil, ¡no esperábamos que falleciera!".
Las dos amigas dijeron a CNS que, a pesar del calor del sol romano y de las cuatro horas de espera que les esperaban, querían presentar sus respetos.
Consuelo se mostró triste por la muerte del Papa Francisco "porque se entregó a la gente. Era un Papa que quería una Iglesia más cercana a la realidad de hoy. Y duele, duele (que haya fallecido). La Iglesia debería abrirse más a la sociedad del siglo XXI y eso es lo que él intentó hacer".
Ana dijo a CNS que no se inmutó por la larga espera en la cola y que estaba "dispuesta a esperar hasta el final".
"Mira, soy atea, pero aun así le admiraba", dijo. "Fue un Papa ejemplar que supo abrirse a lo nuevo, a una nueva sociedad, a nuevos mundos. Estoy aquí por este momento histórico y aprovechando la oportunidad de estar aquí en Roma".