Congreso celebra noche especial de avivamiento con adoración eucarística para sanar corazones
July 20, 2024 at 9:50 p.m.
INDIANÁPOLIS OSV News – Para las decenas de miles de participantes en la tercera noche de avivamiento del Congreso Eucarístico Nacional, la hermana Josephine Garrett les dio un mensaje alto y claro.
"Esta no es la línea de meta", dijo la hermana Josephine en el estadio Lucas Oil el 19 de julio, refiriéndose a las cuatro rutas de peregrinación que convergieron allí en Indianápolis para el congreso del 17 al 21 de julio.
"Esta es la línea de salida".
Miembro de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret y presentadora del podcast "Hope Stories", la hermana Josephine y otros oradores esa noche invitaron a los asistentes al congreso a entrar en su quebrantamiento y dejar que Jesús sanara personalmente sus corazones.
La hermana Josephine dijo que cuando llegue el momento de partir "juntos de aquí, nos aseguraremos de que nos sostendremos en dos pies durante este avivamiento eucarístico" para partir como un solo cuerpo.
El primer paso, dijo, es la devoción a Jesús en la Eucaristía y la Santa Misa, y crecer en esa devoción y reverencia.
El segundo pie, dijo, es el arrepentimiento.
"Esta noche se lo ruego en nombre de Jesucristo: la sanación comienza con el arrepentimiento", dijo la hermana Josephine, instando a todos a arrepentirse "con alegría y confianza"
"No te desanimes. No te desesperes. No te abrumes. No te pierdas en ti mismo, sino en él", dijo. "Podemos ser personas que se arrepientan con gozo. Qué contradicción: estamos quebrantados pero esperanzados. Somos un pueblo peregrino quebrantado y arrepentido... que viajamos juntos hacia el Padre como una comunidad de pacto y eso significa que nos necesitamos unos a otros".
"Cada miembro del cuerpo de Cristo es necesario", dijo, y agregó: "Todos seremos peregrinos destrozados hasta llegar al final".
La hermana Josephine tuvo el mismo mensaje para todos los presentes: obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y personas solteras de cualquier edad:
"Arrepiéntanse con esperanza y alegría".
Instó a los obispos a recordar su amor por el sacerdocio que los llevó a donde están hoy; pidió a los sacerdotes que "permanezcan arraigados en su llamada"; y recordó a los consagrados y consagradas que "nuestras obras ministeriales deben fluir" de la oración privada y comunitaria. Las personas solteras, dijo, "no dejan de existir como un regalo en la iglesia... Si alguno de sus corazones está marcado por la preocupación, el miedo o la incertidumbre, oro para que sea expulsado en el nombre de Jesús".
Después del discurso de la hermana Josephine, la hermana Miriam James Heidland dirigió a la multitud en oración. Con lágrimas y la voz quebrada por la emoción, les suplicó que oraran y pidieran personalmente a Jesús que los sanara.
"¿Podrías simplemente dejarlo venir, traerle esos lugares y transformar tu corazón sólo para hacerte libre?" ella preguntó. "Porque así es como nuestras vidas se transforman: es a través de la venida del novio, y él está aquí".
Mientras salía del escenario principal, un foco brilló en el lado opuesto del estadio, donde el padre benedictino Boniface Hicks, un monje de la Archiabadía de San Vicente en Latrobe, Pensilvania, sostenía la Eucaristía en una custodia dorada que brillaba mientras los focos Siguió su progreso a través del piso lleno de gente.
Después de procesionar por el pasillo central del estadio, y luego colocar la custodia en el altar, el sacerdote se arrodilló ante la Eucaristía.
"Jesús, venimos ante ti para que sanes nuestros corazones, para que nos encuentres justo donde estamos", oró.
"Cada uno de nosotros tiene lugares en nuestro corazón y en nuestra historia que han estado sufriendo durante mucho tiempo", dijo el padre Boniface. "Hay un lugar sagrado en cada uno de nosotros donde podemos estar a solas contigo, Padre, Hijo y Espíritu Santo. La sanación más poderosa puede comenzar poniendo esos lugares en relación con quien nos ama infinitamente: tú, Jesús”.
El padre Boniface, un experimentado maestro de retiros, dirigió a los asistentes a través de una serie de oraciones de arrepentimiento y renunciación, con los asistentes repitiendo frases de amor por Jesús y pidiendo su sanación del pecado, el dolor y el quebrantamiento de cada uno.
Después de esas oraciones, se levantó la custodia de su soporte sobre el altar y el padre Bonifacio envolvió su vestidura dorada alrededor de su base. Mientras avanzaba lentamente por el piso principal del estadio, la gente se inclinaba y se santiguaba mientras Jesús en la Eucaristía pasaba entre ellos. Algunos lloraron, otros extendieron sus brazos hacia la Eucaristía y los padres sostuvieron a sus bebés en brazos o ayudaron a sus pequeños a arrodillarse en silencio con los ojos fijos en el Santísimo Sacramento.
"Jesús, en ti confío", cantaron los músicos.
Cuando el padre Boniface regresó al altar, dirigió la Bendición, finalizando con la oración final: "Que el Corazón de Jesús, en el Santísimo Sacramento, sea alabado, adorado y amado con afecto agradecido, en todo momento, en todos los sagrarios del mundo, hasta el fin de los tiempos. Amén".
La velada de avivamiento también contó con conmovedores testimonios de curación, incluido el de Paula Umaña, una ex tenista que ocupó el primer lugar en Centroamérica y luego quedó tetrapléjica después del nacimiento de su quinto hijo debido a un trastorno del sistema nervioso.
Un día, cuando su hijo le preguntó si alguna vez caminaría, ella le dijo al niño que le preguntara a Jesús. Charles, su hijo, corrió hacia la cruz que tenían en casa y le dijo: "Oye Jesús, ¿puede caminar mi mamá?".
En 2018, por intercesión de la Santísima Virgen, conoció algunos dispositivos para las piernas que podrían ayudarla a caminar, lo que ella llama un milagro. Cuando regresó a casa después de aprender a caminar con esos dispositivos, Charles, que entonces tenía 3 años y medio, corrió hacia la cruz para agradecer a Jesús.
El mensaje que quería que la audiencia recordara era "corre hacia Jesús cuando te sientas ansioso. Corre hacia Jesús en adoración, en la Eucaristía. Corre hacia Jesús cuando necesites curación. Corre hacia Jesús cuando te sientas herido".
Charles subió al escenario y se paró junto a su madre en medio de fuertes aplausos y dijo, levantando una pelota de tenis: "Cuando parezca imposible, corre hacia Jesús".
Los asistentes al Congreso que salieron del avivamiento nocturno dijeron a OSV News que se sintieron profundamente conmovidos por la experiencia
Matthew Almaguer, quien asistía al Congreso con su esposa Brenda y sus tres hijos de Overland Park, Kansas, dijo que después de la procesión su familia "sintió que el Señor se movía en nuestros corazones".
Rose Johnson, feligresa de St. Charles en Bloomington, Indiana, dijo que estaba agradecida por la meditación del padre Boniface orando a Jesús por diferentes tipos específicos de curación.
"Se me vinieron a la mente tantas cosas que habría tenido problemas para recordarlas de la manera correcta", dijo Johnson. "Pero luego, cuando nos hizo repetir las oraciones de Jesús, fue muy liberador".
Su hija adolescente, Ellie, estuvo de acuerdo: "Trato de pensar en estas partes de mi corazón, pero es muy difícil hacerlo con las luchas de la vida cotidiana". Dijo que las oraciones "me trajeron recuerdos que en cierto modo había alejado u olvidado", por lo que la experiencia "fue realmente aliviadora".
Después de la noche de avivamiento de sanación, las filas para la confesión en el adyacente Centro de Convenciones de Indiana eran largas y sinuosas. Al otro lado de la calle, la Iglesia de San Juan Evangelista, la capilla de adoración perpetua durante el congreso, estaba llena de gente arrodillada y adorando a Jesús en la Eucaristía.
Julie Asher, Lauretta Brown, Maria-Pia Negro Chin, Gretchen R. Crowe y Maria Wiering contribuyeron a este informe.
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"Esta no es la línea de meta", dijo la hermana Josephine en el estadio Lucas Oil el 19 de julio, refiriéndose a las cuatro rutas de peregrinación que convergieron allí en Indianápolis para el congreso del 17 al 21 de julio.
"Esta es la línea de salida".
Miembro de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret y presentadora del podcast "Hope Stories", la hermana Josephine y otros oradores esa noche invitaron a los asistentes al congreso a entrar en su quebrantamiento y dejar que Jesús sanara personalmente sus corazones.
La hermana Josephine dijo que cuando llegue el momento de partir "juntos de aquí, nos aseguraremos de que nos sostendremos en dos pies durante este avivamiento eucarístico" para partir como un solo cuerpo.
El primer paso, dijo, es la devoción a Jesús en la Eucaristía y la Santa Misa, y crecer en esa devoción y reverencia.
El segundo pie, dijo, es el arrepentimiento.
"Esta noche se lo ruego en nombre de Jesucristo: la sanación comienza con el arrepentimiento", dijo la hermana Josephine, instando a todos a arrepentirse "con alegría y confianza"
"No te desanimes. No te desesperes. No te abrumes. No te pierdas en ti mismo, sino en él", dijo. "Podemos ser personas que se arrepientan con gozo. Qué contradicción: estamos quebrantados pero esperanzados. Somos un pueblo peregrino quebrantado y arrepentido... que viajamos juntos hacia el Padre como una comunidad de pacto y eso significa que nos necesitamos unos a otros".
"Cada miembro del cuerpo de Cristo es necesario", dijo, y agregó: "Todos seremos peregrinos destrozados hasta llegar al final".
La hermana Josephine tuvo el mismo mensaje para todos los presentes: obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y personas solteras de cualquier edad:
"Arrepiéntanse con esperanza y alegría".
Instó a los obispos a recordar su amor por el sacerdocio que los llevó a donde están hoy; pidió a los sacerdotes que "permanezcan arraigados en su llamada"; y recordó a los consagrados y consagradas que "nuestras obras ministeriales deben fluir" de la oración privada y comunitaria. Las personas solteras, dijo, "no dejan de existir como un regalo en la iglesia... Si alguno de sus corazones está marcado por la preocupación, el miedo o la incertidumbre, oro para que sea expulsado en el nombre de Jesús".
Después del discurso de la hermana Josephine, la hermana Miriam James Heidland dirigió a la multitud en oración. Con lágrimas y la voz quebrada por la emoción, les suplicó que oraran y pidieran personalmente a Jesús que los sanara.
"¿Podrías simplemente dejarlo venir, traerle esos lugares y transformar tu corazón sólo para hacerte libre?" ella preguntó. "Porque así es como nuestras vidas se transforman: es a través de la venida del novio, y él está aquí".
Mientras salía del escenario principal, un foco brilló en el lado opuesto del estadio, donde el padre benedictino Boniface Hicks, un monje de la Archiabadía de San Vicente en Latrobe, Pensilvania, sostenía la Eucaristía en una custodia dorada que brillaba mientras los focos Siguió su progreso a través del piso lleno de gente.
Después de procesionar por el pasillo central del estadio, y luego colocar la custodia en el altar, el sacerdote se arrodilló ante la Eucaristía.
"Jesús, venimos ante ti para que sanes nuestros corazones, para que nos encuentres justo donde estamos", oró.
"Cada uno de nosotros tiene lugares en nuestro corazón y en nuestra historia que han estado sufriendo durante mucho tiempo", dijo el padre Boniface. "Hay un lugar sagrado en cada uno de nosotros donde podemos estar a solas contigo, Padre, Hijo y Espíritu Santo. La sanación más poderosa puede comenzar poniendo esos lugares en relación con quien nos ama infinitamente: tú, Jesús”.
El padre Boniface, un experimentado maestro de retiros, dirigió a los asistentes a través de una serie de oraciones de arrepentimiento y renunciación, con los asistentes repitiendo frases de amor por Jesús y pidiendo su sanación del pecado, el dolor y el quebrantamiento de cada uno.
Después de esas oraciones, se levantó la custodia de su soporte sobre el altar y el padre Bonifacio envolvió su vestidura dorada alrededor de su base. Mientras avanzaba lentamente por el piso principal del estadio, la gente se inclinaba y se santiguaba mientras Jesús en la Eucaristía pasaba entre ellos. Algunos lloraron, otros extendieron sus brazos hacia la Eucaristía y los padres sostuvieron a sus bebés en brazos o ayudaron a sus pequeños a arrodillarse en silencio con los ojos fijos en el Santísimo Sacramento.
"Jesús, en ti confío", cantaron los músicos.
Cuando el padre Boniface regresó al altar, dirigió la Bendición, finalizando con la oración final: "Que el Corazón de Jesús, en el Santísimo Sacramento, sea alabado, adorado y amado con afecto agradecido, en todo momento, en todos los sagrarios del mundo, hasta el fin de los tiempos. Amén".
La velada de avivamiento también contó con conmovedores testimonios de curación, incluido el de Paula Umaña, una ex tenista que ocupó el primer lugar en Centroamérica y luego quedó tetrapléjica después del nacimiento de su quinto hijo debido a un trastorno del sistema nervioso.
Un día, cuando su hijo le preguntó si alguna vez caminaría, ella le dijo al niño que le preguntara a Jesús. Charles, su hijo, corrió hacia la cruz que tenían en casa y le dijo: "Oye Jesús, ¿puede caminar mi mamá?".
En 2018, por intercesión de la Santísima Virgen, conoció algunos dispositivos para las piernas que podrían ayudarla a caminar, lo que ella llama un milagro. Cuando regresó a casa después de aprender a caminar con esos dispositivos, Charles, que entonces tenía 3 años y medio, corrió hacia la cruz para agradecer a Jesús.
El mensaje que quería que la audiencia recordara era "corre hacia Jesús cuando te sientas ansioso. Corre hacia Jesús en adoración, en la Eucaristía. Corre hacia Jesús cuando necesites curación. Corre hacia Jesús cuando te sientas herido".
Charles subió al escenario y se paró junto a su madre en medio de fuertes aplausos y dijo, levantando una pelota de tenis: "Cuando parezca imposible, corre hacia Jesús".
Los asistentes al Congreso que salieron del avivamiento nocturno dijeron a OSV News que se sintieron profundamente conmovidos por la experiencia
Matthew Almaguer, quien asistía al Congreso con su esposa Brenda y sus tres hijos de Overland Park, Kansas, dijo que después de la procesión su familia "sintió que el Señor se movía en nuestros corazones".
Rose Johnson, feligresa de St. Charles en Bloomington, Indiana, dijo que estaba agradecida por la meditación del padre Boniface orando a Jesús por diferentes tipos específicos de curación.
"Se me vinieron a la mente tantas cosas que habría tenido problemas para recordarlas de la manera correcta", dijo Johnson. "Pero luego, cuando nos hizo repetir las oraciones de Jesús, fue muy liberador".
Su hija adolescente, Ellie, estuvo de acuerdo: "Trato de pensar en estas partes de mi corazón, pero es muy difícil hacerlo con las luchas de la vida cotidiana". Dijo que las oraciones "me trajeron recuerdos que en cierto modo había alejado u olvidado", por lo que la experiencia "fue realmente aliviadora".
Después de la noche de avivamiento de sanación, las filas para la confesión en el adyacente Centro de Convenciones de Indiana eran largas y sinuosas. Al otro lado de la calle, la Iglesia de San Juan Evangelista, la capilla de adoración perpetua durante el congreso, estaba llena de gente arrodillada y adorando a Jesús en la Eucaristía.
Julie Asher, Lauretta Brown, Maria-Pia Negro Chin, Gretchen R. Crowe y Maria Wiering contribuyeron a este informe.