Celebrando Aniversarios Bautismales en Familia
January 7, 2024 at 12:00 a.m.
Ha pasado poco más de un mes del nuevo año litúrgico y la Iglesia ya ha observado algunos días santos, fiestas y solemnidades, incluso memoriales (¡tanto obligatorias como opcionales!). Aunque el feligrés promedio tal vez no pueda identificar fácilmente las diferentes características de estas diversas celebraciones sagradas, lo que es evidente para todos es el objetivo de cada uno: santificar el tiempo, al recordar la salvación de Dios en la historia y en la vida de la Iglesia.
Las ocasiones especiales no son sólo parte del calendario de la Iglesia, sino que siempre son presente también en la vida familiar. Honramos los grandes eventos, aniversarios y especialmente celebraciones de cumpleaños cada año. Puesto que “…la familia es, por así decirlo, la iglesia doméstica” (“Lumen Gentium”, 11), podríamos considerar agregar el hito espiritual que todos compartimos a la lista de celebraciones-nuestros aniversarios bautismales-para tomarnos el tiempo para honrar el día de nuestro “renacimiento por el agua y el Espíritu Santo”.
Un aniversario de bautismo puede ser especialmente instructivo para nuestros hijos, ya que les recuerda no sólo el regalo que son para la familia (como su cumpleaños sí), pero el regalo que han recibido de la fe de la familia: la promesa de una vida vivida en el poder del Espíritu Santo. En su conmemoración de las fiestas, la Iglesia no sólo recuerda sino que hace presente la gracia del momento original que se celebra. en una manera similar, al recordar estos solemnes momentos sacramentales en la vida de nuestros hijos, podemos ser renovados y revitalizados en la gracia que ellos originalmente nos concidieron.
Entonces, cuando planifique el aniversario del bautismo de un niño, asegúrese de incluir elementos tanto para recordar como para disfrutar el momento presente juntos, la abundancia de vida que Jesús vino a traernos. Una vez que hayas excavado el certificado de bautismo para recordarle cuándo celebrar, aquí está algunas ideas para empezar:
Prepare el escenario: prepárese con anticipación para el día especial encontrando recuerdos del bautismo de su hijo: fotografías y tarjetas recibido, tal vez incluso la bata o vela bautismal si puedes encontrarlo.
Compartir los recuerdos: Recordar los detalles del día juntos, quién estuvo presente y como celebraste, los momentos especiales, regalos y recuerdos que más aprecias del día. Considere invitar los padrinos de su hijo para unirse a la celebración, en persona si están cerca - para enfatizar la importancia del papel espiritual que juegan en la vida de su hijo.
Enfatice la fe: Encuentre formas de centrarse en el significado más profundo de este día tan especial. Lea una historia del santo cuyo nombre su hijo/a comparte y reflexiona sobre cómo Dios lo usó para impactar el mundo,simplemente por medio de la gracia bautismal obrando en sus vidas. O planear asistir a Misa juntos, tal vez incluso en la Iglesia donde el niño fue bautizado. Asegúrate de pasar por la pila bautismal antes o después de Misa y usar el agua bendita para bendecirnos unos a otros. Si la misa no es posible, reserve un tiempo para orar en casa. Prensa Loyola ha compuesto un servicio de oración para la ocasión, que puedes acceder aquí: http://tinyurl.com/45am72hh.
Hazlo divertido: no necesitas hacer todo lo posible para globos y una piñata, pero es importante asegurarse de que su hijo/a disfrute la ocasión. Permítales elegir una comida o actividad favorita como parte de la celebración, y un pastel tampoco estaría de más; ¡después de todo es un cumpleaños espiritual!
El Artículo 1254 del Catecismo de la Iglesia Católica nos dice: “…El bautismo es la fuente de esa nueva vida en Cristo de la cual toda la vida Cristiana brota”. Incorporar aniversarios bautismales en nuestra vidas familiares proporcionan un recordatorio práctico para nuestros hijos de la necesidad de caminar en el poder de nuestro bautismo y regresar repetidamente a ese manantial de gracia para nutrirnos y sostenernos, guiándonos cada vez más profundamente en la vida de fe como familia de creyentes en Jesucristo.
Nancy Arkin es directora de formación en la fe en la parroquia de St. Benedict, Holmdel.
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Sunday, November 24, 2024
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Ha pasado poco más de un mes del nuevo año litúrgico y la Iglesia ya ha observado algunos días santos, fiestas y solemnidades, incluso memoriales (¡tanto obligatorias como opcionales!). Aunque el feligrés promedio tal vez no pueda identificar fácilmente las diferentes características de estas diversas celebraciones sagradas, lo que es evidente para todos es el objetivo de cada uno: santificar el tiempo, al recordar la salvación de Dios en la historia y en la vida de la Iglesia.
Las ocasiones especiales no son sólo parte del calendario de la Iglesia, sino que siempre son presente también en la vida familiar. Honramos los grandes eventos, aniversarios y especialmente celebraciones de cumpleaños cada año. Puesto que “…la familia es, por así decirlo, la iglesia doméstica” (“Lumen Gentium”, 11), podríamos considerar agregar el hito espiritual que todos compartimos a la lista de celebraciones-nuestros aniversarios bautismales-para tomarnos el tiempo para honrar el día de nuestro “renacimiento por el agua y el Espíritu Santo”.
Un aniversario de bautismo puede ser especialmente instructivo para nuestros hijos, ya que les recuerda no sólo el regalo que son para la familia (como su cumpleaños sí), pero el regalo que han recibido de la fe de la familia: la promesa de una vida vivida en el poder del Espíritu Santo. En su conmemoración de las fiestas, la Iglesia no sólo recuerda sino que hace presente la gracia del momento original que se celebra. en una manera similar, al recordar estos solemnes momentos sacramentales en la vida de nuestros hijos, podemos ser renovados y revitalizados en la gracia que ellos originalmente nos concidieron.
Entonces, cuando planifique el aniversario del bautismo de un niño, asegúrese de incluir elementos tanto para recordar como para disfrutar el momento presente juntos, la abundancia de vida que Jesús vino a traernos. Una vez que hayas excavado el certificado de bautismo para recordarle cuándo celebrar, aquí está algunas ideas para empezar:
Prepare el escenario: prepárese con anticipación para el día especial encontrando recuerdos del bautismo de su hijo: fotografías y tarjetas recibido, tal vez incluso la bata o vela bautismal si puedes encontrarlo.
Compartir los recuerdos: Recordar los detalles del día juntos, quién estuvo presente y como celebraste, los momentos especiales, regalos y recuerdos que más aprecias del día. Considere invitar los padrinos de su hijo para unirse a la celebración, en persona si están cerca - para enfatizar la importancia del papel espiritual que juegan en la vida de su hijo.
Enfatice la fe: Encuentre formas de centrarse en el significado más profundo de este día tan especial. Lea una historia del santo cuyo nombre su hijo/a comparte y reflexiona sobre cómo Dios lo usó para impactar el mundo,simplemente por medio de la gracia bautismal obrando en sus vidas. O planear asistir a Misa juntos, tal vez incluso en la Iglesia donde el niño fue bautizado. Asegúrate de pasar por la pila bautismal antes o después de Misa y usar el agua bendita para bendecirnos unos a otros. Si la misa no es posible, reserve un tiempo para orar en casa. Prensa Loyola ha compuesto un servicio de oración para la ocasión, que puedes acceder aquí: http://tinyurl.com/45am72hh.
Hazlo divertido: no necesitas hacer todo lo posible para globos y una piñata, pero es importante asegurarse de que su hijo/a disfrute la ocasión. Permítales elegir una comida o actividad favorita como parte de la celebración, y un pastel tampoco estaría de más; ¡después de todo es un cumpleaños espiritual!
El Artículo 1254 del Catecismo de la Iglesia Católica nos dice: “…El bautismo es la fuente de esa nueva vida en Cristo de la cual toda la vida Cristiana brota”. Incorporar aniversarios bautismales en nuestra vidas familiares proporcionan un recordatorio práctico para nuestros hijos de la necesidad de caminar en el poder de nuestro bautismo y regresar repetidamente a ese manantial de gracia para nutrirnos y sostenernos, guiándonos cada vez más profundamente en la vida de fe como familia de creyentes en Jesucristo.
Nancy Arkin es directora de formación en la fe en la parroquia de St. Benedict, Holmdel.