Da un salto de fe y atrévete a amar a tu familia, a los necesitados, dice el Papa
September 23, 2023 at 9:59 p.m.
MARSELLA, France CNS– El mundo y la Iglesia católica necesitan dar un salto adelante "de fe, caridad y esperanza", dijo el Papa Francisco en su homilía en una Misa en el estadio al aire libre de Marsella.
"Necesitamos recuperar la pasión y el entusiasmo, redescubrir el gusto del compromiso por la fraternidad. Necesitamos seguir corriendo el riesgo del amor en las familias y hacia los más débiles, y de reencontrar en el Evangelio una gracia que transforma y embellece la vida", dijo en el acto final de un viaje de dos días a la antigua ciudad portuaria de Marsella.
Pasión y entusiasmo no faltaron en el Estadio Vélodrome, que estalló en vítores en cuanto aparecieron en las pantallas las imágenes del Papa Francisco recorriendo la ciudad en el papamóvil. Las autoridades estimaron que 100.000 personas se alinearon en el camino hacia el estadio, mientras que unas 50.000 personas casi llenaron el estadio. Estuvieron presentes el presidente francés, Emmanuel Macron, el alcalde de Marsella, Benoît Payan, y otros dignatarios.
La gente coreaba "Papa Francesco" y ejecutaba repetidamente "la ola" ante inmensos aplausos. Una sección, llena de gente con camisetas deportivas azules, contribuía al efecto del océano. Luego, en un esfuerzo bien coordinado, los voluntarios izaron una inmensa imagen recortada en forma de velo de un Papa saludando y el campanario de la Basílica de Notre Dame de la Garde de la ciudad. También sostuvieron tarjetas doradas para deletrear "Merci" (Gracias) sobre un fondo azul.
Si bien el viaje del Papa del 22 al 23 de septiembre se centró en la difícil situación de los inmigrantes y la responsabilidad del mundo de rescatar a aquellos en peligro, crear canales legales más equitativos para la migración, corregir las grandes disparidades económicas y promover la paz, también recordó a los católicos su misión de compartir la compasión y la esperanza de Cristo.
En su homilía del 23 de septiembre, pidió a los fieles reflexionar "con sinceridad de corazón: ¿Creemos que Dios está obrando en nuestras vidas? ¿Creemos que el Señor, de manera misteriosa y a menudo imprevisible, actúa en la historia?, ¿Hace maravillas y está obrando también en nuestras sociedades marcadas por el secularismo mundano y por una cierta indiferencia religiosa?
En un mundo con tantos desafíos, dijo, las personas de fe deben tener confianza en el Señor.
El Papa basó su reflexión en acontecimientos de la Sagrada Escritura en los que Dios hace posible lo que parece imposible, generando vida incluso en medio de la esterilidad.
La Virgen María y su prima mayor Isabel están ambas embarazadas "de manera imposible", y Isabel siente que su hijo "saltó de alegría" en su vientre, reconociendo la llegada del Mesías, dijo.
Así es como se puede discernir "si tenemos o no esta confianza en el Señor", dijo, sintiendo este signo, este "saltar, estremecerse … saltar de alegría" en nuestro interior.
"El que cree, el que reza, el que acoge al Señor exulta en el Espíritu, siente que algo se mueve dentro 'danza' de alegría", dijo el Papa.
Esta experiencia es "lo opuesto a un corazón aburrido, frío, acomodado a una vida tranquila, que se blinda en la indiferencia y se vuelve impermeable", afirmó. Un corazón así "se endurece, insensible a todo y a todos, aun al trágico descarte de la vida humana, que hoy es rechazada en tantas personas que emigran, así como en tantos niños no nacidos y en tantos ancianos abandonados".
"Quien nace en la fe, en cambio, reconoce la presencia del Señor", afirmó.
"Aun en medio a las fatigas, los problemas y los sufrimientos, descubre cotidianamente la visita de Dios y se siente acompañado y sostenido por Él", dijo el Papa.
"La experiencia de la fe, además de un estremecimiento ante la vida, genera también un salto ante el prójimo", afirmó, y a experimentar la alegría de compartir.
El Papa Francisco pidió a los cristianos orar por el "fuego del Espíritu Santo" y dejarse "arder por las preguntas de hoy, por los desafíos del Mediterráneo, por el grito de los pobres y por las 'santas utopías' de fraternidad y de paz que esperan ser realizadas".
"También hoy nuestra vida y la vida de la Iglesia, Francia y Europa necesitan esto: la gracia de un salto, de un nuevo salto de fe, de caridad y de esperanza", afirmó.
Al final de la Misa, el Papa agradeció a quienes viajaron desde diferentes puntos de Francia. Un grupo de Niza, acompañado por su obispo y alcalde, estaba formado por supervivientes de un ataque terrorista de 2016 cuando un camión de 19 toneladas atropelló a personas que paseaban en una noche festiva, dejando 86 muertos y 434 heridos.
"Recuerdo el terrible ataque", dijo el Papa, pidiendo a la gente "recordar en la oración a todos los que perdieron la vida en esa tragedia y en todos los actos terroristas perpetrados en Francia y en todas partes del mundo".
"El terrorismo es cobarde", añadió.
El Papa Francisco también pidió a la multitud que nunca se canse de "rezar por la paz en las regiones asoladas por la guerra, y especialmente por el martirizado pueblo de Ucrania".
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MARSELLA, France CNS– El mundo y la Iglesia católica necesitan dar un salto adelante "de fe, caridad y esperanza", dijo el Papa Francisco en su homilía en una Misa en el estadio al aire libre de Marsella.
"Necesitamos recuperar la pasión y el entusiasmo, redescubrir el gusto del compromiso por la fraternidad. Necesitamos seguir corriendo el riesgo del amor en las familias y hacia los más débiles, y de reencontrar en el Evangelio una gracia que transforma y embellece la vida", dijo en el acto final de un viaje de dos días a la antigua ciudad portuaria de Marsella.
Pasión y entusiasmo no faltaron en el Estadio Vélodrome, que estalló en vítores en cuanto aparecieron en las pantallas las imágenes del Papa Francisco recorriendo la ciudad en el papamóvil. Las autoridades estimaron que 100.000 personas se alinearon en el camino hacia el estadio, mientras que unas 50.000 personas casi llenaron el estadio. Estuvieron presentes el presidente francés, Emmanuel Macron, el alcalde de Marsella, Benoît Payan, y otros dignatarios.
La gente coreaba "Papa Francesco" y ejecutaba repetidamente "la ola" ante inmensos aplausos. Una sección, llena de gente con camisetas deportivas azules, contribuía al efecto del océano. Luego, en un esfuerzo bien coordinado, los voluntarios izaron una inmensa imagen recortada en forma de velo de un Papa saludando y el campanario de la Basílica de Notre Dame de la Garde de la ciudad. También sostuvieron tarjetas doradas para deletrear "Merci" (Gracias) sobre un fondo azul.
Si bien el viaje del Papa del 22 al 23 de septiembre se centró en la difícil situación de los inmigrantes y la responsabilidad del mundo de rescatar a aquellos en peligro, crear canales legales más equitativos para la migración, corregir las grandes disparidades económicas y promover la paz, también recordó a los católicos su misión de compartir la compasión y la esperanza de Cristo.
En su homilía del 23 de septiembre, pidió a los fieles reflexionar "con sinceridad de corazón: ¿Creemos que Dios está obrando en nuestras vidas? ¿Creemos que el Señor, de manera misteriosa y a menudo imprevisible, actúa en la historia?, ¿Hace maravillas y está obrando también en nuestras sociedades marcadas por el secularismo mundano y por una cierta indiferencia religiosa?
En un mundo con tantos desafíos, dijo, las personas de fe deben tener confianza en el Señor.
El Papa basó su reflexión en acontecimientos de la Sagrada Escritura en los que Dios hace posible lo que parece imposible, generando vida incluso en medio de la esterilidad.
La Virgen María y su prima mayor Isabel están ambas embarazadas "de manera imposible", y Isabel siente que su hijo "saltó de alegría" en su vientre, reconociendo la llegada del Mesías, dijo.
Así es como se puede discernir "si tenemos o no esta confianza en el Señor", dijo, sintiendo este signo, este "saltar, estremecerse … saltar de alegría" en nuestro interior.
"El que cree, el que reza, el que acoge al Señor exulta en el Espíritu, siente que algo se mueve dentro 'danza' de alegría", dijo el Papa.
Esta experiencia es "lo opuesto a un corazón aburrido, frío, acomodado a una vida tranquila, que se blinda en la indiferencia y se vuelve impermeable", afirmó. Un corazón así "se endurece, insensible a todo y a todos, aun al trágico descarte de la vida humana, que hoy es rechazada en tantas personas que emigran, así como en tantos niños no nacidos y en tantos ancianos abandonados".
"Quien nace en la fe, en cambio, reconoce la presencia del Señor", afirmó.
"Aun en medio a las fatigas, los problemas y los sufrimientos, descubre cotidianamente la visita de Dios y se siente acompañado y sostenido por Él", dijo el Papa.
"La experiencia de la fe, además de un estremecimiento ante la vida, genera también un salto ante el prójimo", afirmó, y a experimentar la alegría de compartir.
El Papa Francisco pidió a los cristianos orar por el "fuego del Espíritu Santo" y dejarse "arder por las preguntas de hoy, por los desafíos del Mediterráneo, por el grito de los pobres y por las 'santas utopías' de fraternidad y de paz que esperan ser realizadas".
"También hoy nuestra vida y la vida de la Iglesia, Francia y Europa necesitan esto: la gracia de un salto, de un nuevo salto de fe, de caridad y de esperanza", afirmó.
Al final de la Misa, el Papa agradeció a quienes viajaron desde diferentes puntos de Francia. Un grupo de Niza, acompañado por su obispo y alcalde, estaba formado por supervivientes de un ataque terrorista de 2016 cuando un camión de 19 toneladas atropelló a personas que paseaban en una noche festiva, dejando 86 muertos y 434 heridos.
"Recuerdo el terrible ataque", dijo el Papa, pidiendo a la gente "recordar en la oración a todos los que perdieron la vida en esa tragedia y en todos los actos terroristas perpetrados en Francia y en todas partes del mundo".
"El terrorismo es cobarde", añadió.
El Papa Francisco también pidió a la multitud que nunca se canse de "rezar por la paz en las regiones asoladas por la guerra, y especialmente por el martirizado pueblo de Ucrania".