Líderes católicos responden con 'corazones pesados' al tiroteo en Texas
September 10, 2019 at 2:29 p.m.
WASHINGTON (CNS) – Líderes católicos de varios lugares de los Estados Unidos reaccionaron con dolor y con "corazones apesadumbrados" después de las noticias de un tiroteo en el oeste de Texas el 31 de agosto que, según autoridades, cobró siete vidas e hirió a otros 25.
El cardenal Daniel N. DiNardo de Galveston-Houston, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos dijo en una declaración del 1 de septiembre que estaba "profundamente triste de tener que contemplar una vez más escenas de violencia y de desprecio por la vida humana que se repiten en las calles de nuestra nación".
Dijo que los católicos que asistieron a Misa el domingo 1 de septiembre lo "hicieron con corazones apesadumbrados", recordando a estas víctimas y las víctimas de la "violencia de armas reciente en California, Texas y Ohio".
Dijo que el tiroteo del 31 de agosto, en en cual el tirador iba a toda velocidad por la carretera en Odessa y Midland, Texas, "demuestra inequívocamente la innegable existencia del mal en nuestra sociedad".
El cardenal DiNardo también llamó a "las personas de buena voluntad", incluyendo a los líderes y fieles católicos, a "trabajar incansablemente para arrancar de raíz las causas de tales crímenes".
"Como pueblo de fe, debemos seguir orando por todas las víctimas y por la sanación en estas comunidades quebrantadas que ahora se extienden a lo largo y a lo ancho de nuestra tierra", añadió.
Autoridades dijeron que Seth Ator, de 36 años de edad, fue el tirador quien disparó mientras conducía su vehículo a alta velocidad durante 10 millas en una carretera que abarca dos comunidades, sembrando pánico en lo que normalmente hubiera sido una tranquila tarde.
El tiroteo fue el segundo en el oeste de Texas durante un mes. El primero ocurrió el 3 de agosto en El Paso cuando un tirador disparó y mató a 22 personas, hiriendo a otras 24.
La policía mató al tirador en el tiroteo del 31 de agosto, mientras él disparaba desde una camioneta de correos que se había robado después de disparar y matar a su conductor. El jefe de policía de Odessa, Michael Gerke dijo que el tirador había sido despedido de su trabajo como camionero en la mañana del domingo, llamó a la línea de pistas del FBI, y estuvo al teléfono con los dispensadores de primeros auxilios mientras continuaba el ataque.
El obispo Michael J. Sis de San Ángelo, Texas, donde están ubicadas las ciudades de Odessa y Midland, anunció que se habían programado tres Misas en las iglesias diocesanas después del tiroteo para orar por la paz y la sanación tras la tragedia, incluyendo una Misa el 8 de septiembre en la Catedral del Sagrado Corazón en San Ángelo.
El obispo Sis ofreció oraciones por los fallecidos y heridos en el incidente en una declaración inmediatamente después del tiroteo.
"Mis oraciones también por el gran pueblo de estas comunidades impactadas directamente por este acto de violencia sin sentido, y en particular por los valerosos proveedores de primeros auxilios y los equipos médicos locales", dijo.
"El Señor está cerca de los corazones quebrantados, él salva a las almas deprimidas", dijo la declaración citando el Salmo 34.
El obispo Sis puso las parroquias diocesanas a disposición de la comunidad para ayudar en la sanación.
"No hay respuestas fáciles a cómo acabar con esta epidemia de violencia armada en nuestro estado y en nuestro país. Pido al Señor que ilumine todos nuestros corazones y nuestras mentes, y especialmente a nuestros líderes gubernamentales, para que puedan tener la luz y el valor de pasar de una cultura de muerte a una cultura de vida", dijo el obispo.
Los obispos también acudieron a las redes sociales para expresar su preocupación después de este tiroteo.
El cardenal Blase J. Cupich de Chicago dijo en un tuit el 1 de septiembre: "Las oraciones solas no son la respuesta."
"Me uno a mis hermanos obispos en la condena de crímenes tan horrendos contra la humanidad y animo a todas las personas de buena voluntad a que exijan acciones de nuestros líderes electos", dijo.
"Que las víctimas del tiroteo de Odessa descansen en paz, que los heridos se recuperen y encuentren consuelo en el Señor, y que sus familias y amigos encuentren la fuerza para apoyar a sus seres queridos que han sobrevivido", añadió.
El obispo Frank J. Dewane, de Venice, Florida, presidente del comité de los obispos de Estados Unidos para la Justicia Doméstica y el Desarrollo Humano, también ofreció oraciones por las víctimas en un tuit del 1 de septiembre, por quienes perdieron sus vidas y "por los muchos heridos durante un acto más de violencia".
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WASHINGTON (CNS) – Líderes católicos de varios lugares de los Estados Unidos reaccionaron con dolor y con "corazones apesadumbrados" después de las noticias de un tiroteo en el oeste de Texas el 31 de agosto que, según autoridades, cobró siete vidas e hirió a otros 25.
El cardenal Daniel N. DiNardo de Galveston-Houston, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos dijo en una declaración del 1 de septiembre que estaba "profundamente triste de tener que contemplar una vez más escenas de violencia y de desprecio por la vida humana que se repiten en las calles de nuestra nación".
Dijo que los católicos que asistieron a Misa el domingo 1 de septiembre lo "hicieron con corazones apesadumbrados", recordando a estas víctimas y las víctimas de la "violencia de armas reciente en California, Texas y Ohio".
Dijo que el tiroteo del 31 de agosto, en en cual el tirador iba a toda velocidad por la carretera en Odessa y Midland, Texas, "demuestra inequívocamente la innegable existencia del mal en nuestra sociedad".
El cardenal DiNardo también llamó a "las personas de buena voluntad", incluyendo a los líderes y fieles católicos, a "trabajar incansablemente para arrancar de raíz las causas de tales crímenes".
"Como pueblo de fe, debemos seguir orando por todas las víctimas y por la sanación en estas comunidades quebrantadas que ahora se extienden a lo largo y a lo ancho de nuestra tierra", añadió.
Autoridades dijeron que Seth Ator, de 36 años de edad, fue el tirador quien disparó mientras conducía su vehículo a alta velocidad durante 10 millas en una carretera que abarca dos comunidades, sembrando pánico en lo que normalmente hubiera sido una tranquila tarde.
El tiroteo fue el segundo en el oeste de Texas durante un mes. El primero ocurrió el 3 de agosto en El Paso cuando un tirador disparó y mató a 22 personas, hiriendo a otras 24.
La policía mató al tirador en el tiroteo del 31 de agosto, mientras él disparaba desde una camioneta de correos que se había robado después de disparar y matar a su conductor. El jefe de policía de Odessa, Michael Gerke dijo que el tirador había sido despedido de su trabajo como camionero en la mañana del domingo, llamó a la línea de pistas del FBI, y estuvo al teléfono con los dispensadores de primeros auxilios mientras continuaba el ataque.
El obispo Michael J. Sis de San Ángelo, Texas, donde están ubicadas las ciudades de Odessa y Midland, anunció que se habían programado tres Misas en las iglesias diocesanas después del tiroteo para orar por la paz y la sanación tras la tragedia, incluyendo una Misa el 8 de septiembre en la Catedral del Sagrado Corazón en San Ángelo.
El obispo Sis ofreció oraciones por los fallecidos y heridos en el incidente en una declaración inmediatamente después del tiroteo.
"Mis oraciones también por el gran pueblo de estas comunidades impactadas directamente por este acto de violencia sin sentido, y en particular por los valerosos proveedores de primeros auxilios y los equipos médicos locales", dijo.
"El Señor está cerca de los corazones quebrantados, él salva a las almas deprimidas", dijo la declaración citando el Salmo 34.
El obispo Sis puso las parroquias diocesanas a disposición de la comunidad para ayudar en la sanación.
"No hay respuestas fáciles a cómo acabar con esta epidemia de violencia armada en nuestro estado y en nuestro país. Pido al Señor que ilumine todos nuestros corazones y nuestras mentes, y especialmente a nuestros líderes gubernamentales, para que puedan tener la luz y el valor de pasar de una cultura de muerte a una cultura de vida", dijo el obispo.
Los obispos también acudieron a las redes sociales para expresar su preocupación después de este tiroteo.
El cardenal Blase J. Cupich de Chicago dijo en un tuit el 1 de septiembre: "Las oraciones solas no son la respuesta."
"Me uno a mis hermanos obispos en la condena de crímenes tan horrendos contra la humanidad y animo a todas las personas de buena voluntad a que exijan acciones de nuestros líderes electos", dijo.
"Que las víctimas del tiroteo de Odessa descansen en paz, que los heridos se recuperen y encuentren consuelo en el Señor, y que sus familias y amigos encuentren la fuerza para apoyar a sus seres queridos que han sobrevivido", añadió.
El obispo Frank J. Dewane, de Venice, Florida, presidente del comité de los obispos de Estados Unidos para la Justicia Doméstica y el Desarrollo Humano, también ofreció oraciones por las víctimas en un tuit del 1 de septiembre, por quienes perdieron sus vidas y "por los muchos heridos durante un acto más de violencia".