CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Quien predica el Evangelio tratando de convencer a la gente de sus propias creencias sobre Jesús no está evangelizando, sino haciendo proselitismo, dijo el papa Francisco. 

"Si no hay Espíritu Santo, no hay evangelización", dijo el papa el 2 de octubre durante su audiencia general semanal. "Esto puede ser proselitismo, propaganda.

Pero la evangelización significa dejar que el Espíritu Santo te guíe, que sea él quien te empuje a anunciar, a proclamar tu testimonio, con martirio así como con la palabra". 

Siguiendo su serie de pláticas sobre los Hechos de los Apóstoles, el papa dijo que, después del martirio de san Esteban, la violenta persecución de los cristianos en Jerusalén parecía haber llevado a la palabra de Dios "a una súbita detención". 

Sin embargo, aunque la persecución parezca ser el estado de vida permanente de los discípulos", no extingue "el fuego de la evangelización". De hecho, "lo aviva incluso más".  

El papa recordó el encuentro de Felipe, uno de los siete diáconos elegidos por los apóstoles, con el oficial etíope que estaba leyendo un pasaje del profeta Isaías. Al preguntarle al hombre si entendía lo que estaba leyendo, el etíope contestó, "Y, ¿cómo lo voy a entender si nadie me lo explica?" 

"Ese hombre poderoso", dijo el papa, "reconoce que tiene necesidad de una guía para entender la palabra de Dios. Era un gran banquero, era el ministro de economía, tenía todo el poder del dinero pero sabía que, sin explicación, no podría entender: era humilde". 

Al entender las palabras de Isaías, el oficial etíope busca el bautismo. 

Este encuentro, añadió, es una llamada a los cristianos a reflexionar de que "no es suficiente leer la Escritura: tenemos que entender su significado". 

"Entrar en la palabra de Dios significa estar dispuesto a salir de las propias limitaciones para encontrarse con Dios y conformarse a Cristo, que es la palabra viva del Padre", dijo el papa. 

Con todo, añadió el papa, lo que empujó a Felipe a encontrarse con el hombre fue el Espíritu Santo que es en definitiva, "el protagonista de la evangelización". 

El papa Francisco dijo que la verdadera señal de que un cristiano es un evangelizador es "la alegría, incluso en el martirio". 

"Que el Espíritu Santo", dijo, "haga que los bautizados que proclaman el Evangelio atraigan a los demás no a sí mismos, sino a Cristo, que sepan cómo hacer espacio para la acción de Dios, que sepan cómo hacer a los demás libres y responsables ante el Señor".