Papa celebra 50 años de sacerdote presentando obras de guía espiritual
December 20, 2019 at 1:56 p.m.
ROMA (CNS) -- Como parte de las celebraciones del 50 aniversario de su sacerdocio, el papa Francisco escogió presentar personalmente una colección de varios volúmenes de escritos de quien fue por muchos años su director espiritual, el ahora fallecido padre jesuita Miguel Ángel Fiorito.
Además de presentar la colección en español, "Escritos", en una conferencia en la sede jesuita el 13 de diciembre, el papa Francisco escribió la introducción diciendo que la publicación es "un consuelo para aquellos de nosotros que, por muchos años, nos alimentamos de sus enseñanzas. Estos escritos serán un gran bien para toda la iglesia".
Pero el papa había iniciado las celebraciones mucho antes en el día invitando a cardenales que viven en Roma a reunirse con él en la capilla de su residencia para la Misa matutina. El Vaticano no ha publicado el texto de la homilía o fotografías, pero el periódico del Vaticano imprimió el saludo del cardenal Angelo Sodano, decano del colegio cardenalicio.
"En esta feliz ocasión de su 50 aniversario de sacerdocio, en nombre de mis hermanos cardenales, le deseo lo mejor con la gratitud más profunda por su generoso servicio diario a la santa iglesia de Dios", dijo el cardenal.
En la presentación del libro por la tarde, el papa Francisco dijo que había sugerido que el conferenciante principal fuera uno de los "discípulos" del padre Fiorito. El editor de La Civiltà Cattolica, que publicó los libros, le preguntó al papa en quién estaba pensando. "'En mí', dije. Y aquí estamos".
El presentar el libro en la sede jesuita, dijo, "es para mí una manera de expresar mi gratitud por todo lo que ha dado y ha hecho por mí la Compañía de Jesús", y es un modo de alentar a todos los hombres y mujeres del mundo que prestan dirección espiritual a otros siguiendo las enseñanzas de san Ignacio de Loyola.
La colección fue preparada por el padre jesuita argentino José Luis Narvaja, sobrino del papa, a quien el papa describió como otro de los discípulos del padre Fiorito en una "escuela" de pensamiento en que se tienen en común los principios generales, pero "los discípulos pueden desarrollarlos, siguiendo el espíritu --y no sólo la letra-- del maestro con libertad y creatividad".
La colección, escribió el papa en la introducción es una "destilación" de "misericordia espiritual: una enseñanza para quienes no saben, buen consejo para quien lo necesita, corrección para los que yerran, consuelo para quienes están tristes y ayuda a ser paciente para quienes están desolados".
La misericordia espiritual, continuó, se resume en enseñar a la gente el discernimiento según la tradición de san Ignacio de Loyola, un proceso de "curar la ceguera espiritual, una triste enfermedad que nos impide reconocer la hora de Dios, la hora de su venida".
Aunque el padre Fiorito impartió cientos de conferencias y charlas, sólo escribió dos libros. El papa Francisco dijo que "alrededor de 1985", le pidieron que escribiera el prólogo al libro del padre Fiorito sobre el discernimiento y la lucha espiritual. Describió el discernimiento como "el tener el coraje de distinguir las huellas divinas en nuestros caminos humanos".
El padre Fiorito, que se convirtió en su director espiritual en 1961, escribió el papa, "tenía un olfato especial para oler el espíritu maligno; podía identificar su acción, reconocer sus manerismos, desenmascararlo por sus malos frutos y el mal sabor de boca y la huella de desolación que dejaba al pasar".
"En ese sentido", continuó el papa, "se podría decir que era un hombre que luchó contra un único enemigo: el espíritu maligno, Satanás, el demonio, el tentador, el acusador, el enemigo de la naturaleza humana. Entre el estandarte de Cristo y el de Satanás, escogió al Señor".
El padre Fiorito "era fundamentalmente un hombre de diálogo y escucha", dijo el papa. "Enseñó a muchos a orar--a dialogar en amistad con Dios--y a discernir 'los signos de los tiempos' probando todo y conservando sólo lo bueno".
En la presentación de la colección en La Civiltà Cattolica, el padre Narvaja escribió que "el núcleo pastoral y teológico" de la enseñanza del padre Fiorito se puede ver claramente en la enseñanza y acciones del padre Francisco.
Además, dijo, las conversaciones con el padre Fiorito y algunos otros de sus "discípulos" llevaron a la elaboración de los cuatro discípulos sobre los que escribió el papa Francisco en su exhortación de 2013, "La alegría del evangelio", es decir: "el tiempo es mayor que el espacio", lo cual inspira paciencia y dedicación en la evangelización; "la unidad supera al conflicto", que es la razón por la que se deben reconocer las diferencias, sin llevar a una separación total; "la realidad es más importante que las ideas" y es lo que motiva a las personas a actuar por el verdadero bien de los demás; y "el todo es mayor que la parte", un principio que anima a la gente a ser realista, sólida en su identidad, pero reconociendo que son parte de algo más grande que ellos mismos.
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Además de presentar la colección en español, "Escritos", en una conferencia en la sede jesuita el 13 de diciembre, el papa Francisco escribió la introducción diciendo que la publicación es "un consuelo para aquellos de nosotros que, por muchos años, nos alimentamos de sus enseñanzas. Estos escritos serán un gran bien para toda la iglesia".
Pero el papa había iniciado las celebraciones mucho antes en el día invitando a cardenales que viven en Roma a reunirse con él en la capilla de su residencia para la Misa matutina. El Vaticano no ha publicado el texto de la homilía o fotografías, pero el periódico del Vaticano imprimió el saludo del cardenal Angelo Sodano, decano del colegio cardenalicio.
"En esta feliz ocasión de su 50 aniversario de sacerdocio, en nombre de mis hermanos cardenales, le deseo lo mejor con la gratitud más profunda por su generoso servicio diario a la santa iglesia de Dios", dijo el cardenal.
En la presentación del libro por la tarde, el papa Francisco dijo que había sugerido que el conferenciante principal fuera uno de los "discípulos" del padre Fiorito. El editor de La Civiltà Cattolica, que publicó los libros, le preguntó al papa en quién estaba pensando. "'En mí', dije. Y aquí estamos".
El presentar el libro en la sede jesuita, dijo, "es para mí una manera de expresar mi gratitud por todo lo que ha dado y ha hecho por mí la Compañía de Jesús", y es un modo de alentar a todos los hombres y mujeres del mundo que prestan dirección espiritual a otros siguiendo las enseñanzas de san Ignacio de Loyola.
La colección fue preparada por el padre jesuita argentino José Luis Narvaja, sobrino del papa, a quien el papa describió como otro de los discípulos del padre Fiorito en una "escuela" de pensamiento en que se tienen en común los principios generales, pero "los discípulos pueden desarrollarlos, siguiendo el espíritu --y no sólo la letra-- del maestro con libertad y creatividad".
La colección, escribió el papa en la introducción es una "destilación" de "misericordia espiritual: una enseñanza para quienes no saben, buen consejo para quien lo necesita, corrección para los que yerran, consuelo para quienes están tristes y ayuda a ser paciente para quienes están desolados".
La misericordia espiritual, continuó, se resume en enseñar a la gente el discernimiento según la tradición de san Ignacio de Loyola, un proceso de "curar la ceguera espiritual, una triste enfermedad que nos impide reconocer la hora de Dios, la hora de su venida".
Aunque el padre Fiorito impartió cientos de conferencias y charlas, sólo escribió dos libros. El papa Francisco dijo que "alrededor de 1985", le pidieron que escribiera el prólogo al libro del padre Fiorito sobre el discernimiento y la lucha espiritual. Describió el discernimiento como "el tener el coraje de distinguir las huellas divinas en nuestros caminos humanos".
El padre Fiorito, que se convirtió en su director espiritual en 1961, escribió el papa, "tenía un olfato especial para oler el espíritu maligno; podía identificar su acción, reconocer sus manerismos, desenmascararlo por sus malos frutos y el mal sabor de boca y la huella de desolación que dejaba al pasar".
"En ese sentido", continuó el papa, "se podría decir que era un hombre que luchó contra un único enemigo: el espíritu maligno, Satanás, el demonio, el tentador, el acusador, el enemigo de la naturaleza humana. Entre el estandarte de Cristo y el de Satanás, escogió al Señor".
El padre Fiorito "era fundamentalmente un hombre de diálogo y escucha", dijo el papa. "Enseñó a muchos a orar--a dialogar en amistad con Dios--y a discernir 'los signos de los tiempos' probando todo y conservando sólo lo bueno".
En la presentación de la colección en La Civiltà Cattolica, el padre Narvaja escribió que "el núcleo pastoral y teológico" de la enseñanza del padre Fiorito se puede ver claramente en la enseñanza y acciones del padre Francisco.
Además, dijo, las conversaciones con el padre Fiorito y algunos otros de sus "discípulos" llevaron a la elaboración de los cuatro discípulos sobre los que escribió el papa Francisco en su exhortación de 2013, "La alegría del evangelio", es decir: "el tiempo es mayor que el espacio", lo cual inspira paciencia y dedicación en la evangelización; "la unidad supera al conflicto", que es la razón por la que se deben reconocer las diferencias, sin llevar a una separación total; "la realidad es más importante que las ideas" y es lo que motiva a las personas a actuar por el verdadero bien de los demás; y "el todo es mayor que la parte", un principio que anima a la gente a ser realista, sólida en su identidad, pero reconociendo que son parte de algo más grande que ellos mismos.