Mujeres y hombres consagrados: Difundiendo la luz de Cristo
February 2, 2024 at 12:00 a.m.
Un mensaje del obispo David M. O’Connell, C.M., para la Jornada Mundial de la Vida Consagrada 2024, que está marcada en el calendario de la Iglesia el 2 de Febrero y se observa en las parroquias el 3 y 4 de Febrero.
Cada año, la Iglesia Católica celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Instituida por el Papa Juan Pablo II en 1997, la conmemoración se celebra junto con la Fiesta de la Presentación del Señor, también conocida como Día de la Candelaria, que reconoce la venida de Cristo, la Luz del Mundo, a través de la bendición simbólica y el encendido de velas.
De manera similar, las mujeres y los hombres consagrados están llamados a difundir la luz y el amor de Jesucristo a través de su testimonio único de servicio desinteresado, como el cuidado de los pobres, los enfermos y los discapacitados, el trabajo contemplativo de la oración o a través de sus carreras profesionales.
Es una feliz coincidencia que este día ocurra durante la Semana de las Escuelas Católicas, un día en el que podemos reconocer con gratitud la contribución histórica de innumerables mujeres y hombres religiosos al trabajo de la educación Católica en nuestro país desde su creación.
Como Obispo, celebro el impacto inconmensurable que las personas consagradas han tenido en la Iglesia de Trenton. Desde su fundación en 1881, la Diócesis de Trenton ha crecido y florecido de innumerables maneras gracias a la presencia, la oración y las obras apostólicas de decenas de mujeres y hombres religiosos que han servido generosamente aquí en nuestros cuatro condados. Estamos profundamente en deuda con ellos. Nuestras escuelas Católicas y programas de educación religiosa, nuestros hospitales y hogares de ancianos, nuestras obras para los pobres, los necesitados y los ancianos, nuestras parroquias y oficinas diocesanas no podrían haber tenido éxito en su misión sin las contribuciones de hermanas, hermanos y sacerdotes consagrados.
Junto con las oraciones y el servicio de las vírgenes y viudas consagradas, las religiosas y religiosos han dado al clero y a los fieles de la Diócesis de Trenton un legado de amor y luz que perdura hasta el día de hoy. Merecen nuestra agradecida oración y apoyo. Que, con la gracia de Dios, nuestra Diócesis sea fuente de nuevas vocaciones a la vida consagrada, de nuevos y dedicados trabajadores en la viña del Señor.
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Friday, November 22, 2024
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Cada año, la Iglesia Católica celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Instituida por el Papa Juan Pablo II en 1997, la conmemoración se celebra junto con la Fiesta de la Presentación del Señor, también conocida como Día de la Candelaria, que reconoce la venida de Cristo, la Luz del Mundo, a través de la bendición simbólica y el encendido de velas.
De manera similar, las mujeres y los hombres consagrados están llamados a difundir la luz y el amor de Jesucristo a través de su testimonio único de servicio desinteresado, como el cuidado de los pobres, los enfermos y los discapacitados, el trabajo contemplativo de la oración o a través de sus carreras profesionales.
Es una feliz coincidencia que este día ocurra durante la Semana de las Escuelas Católicas, un día en el que podemos reconocer con gratitud la contribución histórica de innumerables mujeres y hombres religiosos al trabajo de la educación Católica en nuestro país desde su creación.
Como Obispo, celebro el impacto inconmensurable que las personas consagradas han tenido en la Iglesia de Trenton. Desde su fundación en 1881, la Diócesis de Trenton ha crecido y florecido de innumerables maneras gracias a la presencia, la oración y las obras apostólicas de decenas de mujeres y hombres religiosos que han servido generosamente aquí en nuestros cuatro condados. Estamos profundamente en deuda con ellos. Nuestras escuelas Católicas y programas de educación religiosa, nuestros hospitales y hogares de ancianos, nuestras obras para los pobres, los necesitados y los ancianos, nuestras parroquias y oficinas diocesanas no podrían haber tenido éxito en su misión sin las contribuciones de hermanas, hermanos y sacerdotes consagrados.
Junto con las oraciones y el servicio de las vírgenes y viudas consagradas, las religiosas y religiosos han dado al clero y a los fieles de la Diócesis de Trenton un legado de amor y luz que perdura hasta el día de hoy. Merecen nuestra agradecida oración y apoyo. Que, con la gracia de Dios, nuestra Diócesis sea fuente de nuevas vocaciones a la vida consagrada, de nuevos y dedicados trabajadores en la viña del Señor.