VATICAN CITY CNS – Pidiendo a padres y padrinos que enseñen a sus pequeños a orar desde chicos, el Papa Francisco bautizó a 13 bebés en la Capilla Sixtina mientras sus hermanos y hermanas mayores miraban – o se escapaban y corrían alrededor de la capilla.

Con aparente mejoría de su rodilla, el Papa Francisco caminó con un bastón desde su asiento hasta un atril para dar su homilía de pie, algo que no ha hecho en una Misa pública durante meses, se arremangó y se paró frente a la fuente y vertió agua sobre las cabezas de los infantes, hijos de empleados del Vaticano.

La Misa anual de bautismo en la Capilla Sixtina se celebra en la fiesta del Bautismo del Señor, que el Vaticano e Italia celebraron el 8 de enero de este año.

El Papa Francisco comenzó su homilía agradeciendo a los padres que hayan decidido bautizar a sus hijos y pidiéndoles que les recuerden a lo largo de su vida la fecha de su bautismo ya que "es como un cumpleaños porque el bautismo es un renacimiento a la vida cristiana".

"Que se acuerden y den gracias a Dios por esta gracia de haberse hecho cristianos", dijo.

El bautismo es el comienzo de un recorrido, dijo, y depende de los padres y padrinos apoyar a los niños en sus pasos por el camino.

La primera tarea, dijo, es enseñar a los niños a orar desde que son muy pequeños, comenzando por mostrarles cómo hacer la señal de la cruz y cómo sostener sus manos en oración

"La oración será lo que les dará fuerza a lo largo de sus vidas, en los buenos momentos para agradecer a Dios y en los momentos difíciles para encontrar la fuerza", dijo el Papa. "Es lo primero que debes enseñar: cómo orar".

También deberían enseñar a los niños a orar a María, que "es la madre, nuestra madre", dijo el Papa. “Dicen que cuando alguien está enojado con el Señor o se ha distanciado de él, María siempre está cerca para mostrar el camino de vuelta".

Como hace todos los años, el Papa Francisco también tranquilizó a los padres, diciéndoles que no se preocupen si los bebés lloran durante la Misa o necesitan que los alimenten o se inquieten porque tienen demasiado calor o demasiado frío. "Haz que se sientan cómodos; todos deberían estar cómodos", dijo.

Más tarde, al recitar el Ángelus al mediodía con los visitantes en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco se centró en el significado de la fiesta del Bautismo del Señor, y al hacerlo citó al difunto Papa Benedicto XVI.

En su homilía en el día de la fiesta en 2008, el Papa Francisco dijo: "Benedicto XVI afirmó que 'Dios ha querido salvarnos yendo él mismo hasta el fondo del abismo de la muerte, con el fin de que todo hombre, incluso el que ha caído tan bajo que ya no ve el cielo, pueda encontrar la mano de Dios a la cual asirse a fin de subir desde las tinieblas y volver a ver la luz para la que ha sido creado'".

El Papa Francisco le dijo a la multitud en la plaza: "El Señor está siempre con la mano tendida para ayudarnos a levantarnos, no está nunca listo para castigarnos".

Con demasiada frecuencia, dijo el Papa, la gente piensa que Dios administra la justicia como lo hacen los seres humanos: "el que se equivoca, paga, y así repara el mal que ha hecho".

Pero, dijo, "la justicia de Dios, como enseña la Escritura, es mucho mayor: no tiene como fin la condena del culpable, sino su salvación y su regeneración, volverlo justo".

La justicia de Dios, dijo, "proviene del amor, de esas entrañas de compasión y misericordia que son el corazón mismo de Dios, Padre que se conmueve cuando estamos oprimidos por el mal y caemos bajo el peso de los pecados y de las fragilidades".

Jesús vino al mundo " para tomar sobre sus hombros el pecado del mundo y descender a las aguas del abismo, de la muerte, con el fin de recuperarnos e impedir que nos ahoguemos", dijo el Papa.