Se urge a la comunidad católica a hablar sobre una nueva regla, propuesta por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Nueva Jersey conocido por sus siglas en inglés HHS, que amenaza con evitar que las instituciones católicas de atención médica y los trabajadores de la salud se opongan a la realización de procedimientos de transición de género, independientemente de que esa objeción es una cuestión de creencia religiosa o de juicio clínico. La propuesta del HHS fue publicada por el Registro Federal el 4 de agosto, abriendo un período de 60 días para comentarios públicos que se pueden presentar en https://bit.ly/3vEM4Bl. El último día para las presentaciones es el 3 de octubre.

Un memorándum legal de 74 páginas que se había adjuntado a una presentación judicial de un consorcio de 30 grupos de derechos sexuales reveló la promesa del HHS de revisar sus mandatos sobre la cobertura y el rendimiento del plan de salud para incluir el aborto quirúrgico, las hormonas cruzadas, las cirugías de transición de género, las cirugías cosméticas y la modificación de la voz, junto con una gran cantidad de servicios ampliados que se ocupan de tratamientos de fertilidad, y anticoncepción.

Según la Asociación Médica Católica, el HHS pronto podría obligar a todos los profesionales médicos de los Estados Unidos a realizar abortos, cirugías de transición de género o suicidio asistido en contra de su juicio moral, religioso y clínico, a menos que la propuesta del HHS sea impugnada con éxito.

En una declaración conjunta emitida el 27 de julio por los presidentes de cuatro comités de obispos de Estados Unidos, los arzobispos escribieron: "Los ministerios de salud católicos sirven a todos, sin importar su raza, sexo, sistema de creencias o cualquier otra característica. La misma excelente atención se proporcionará en un hospital católico a todos los pacientes, incluidos los pacientes que se identifican como transgénero, ya sea por un hueso roto o por cáncer, pero no podemos hacer lo que nuestra fe nos prohíbe. Nos oponemos a los procedimientos dañosos, no a los pacientes".

El USCCB publicó la declaración del arzobispo William E. Lori de Baltimore, presidente del Comité de Actividades Pro-Vida; arzobispo Paul S. Coakley de Oklahoma City, presidente del Comité de Justicia Doméstica y Desarrollo Humano; arzobispo Salvatore J. Cordileone de San Francisco, presidente del Comité de Laicos, Matrimonio, Vida Familiar y Juventud, y el Cardenal Timothy M. Dolan de Nueva York, presidente del Comité para la Libertad Religiosa.

"El público en general casi no tiene conocimiento de lo que puede venir", dijo Doug Wilson al Servicio de Noticias Católicas. Wilson es director general de la Asociación Católica de Beneficios con sede en Colorado, que proporciona defensa legal y litigios en defensa de los derechos de la Primera Enmienda para sus miembros.

El USCCB se opone vigorosamente a las disposiciones de la regla que dañan la vida y la libertad religiosa y pide a todos los católicos que presenten sus comentarios antes de la fecha límite que es el 3 de octubre para que el HHS sepa que los trabajadores de la salud y las instalaciones médicas deben ser libres de oponerse concienzudamente a los procedimientos de transición de género.

Visite www.usccb.org/do-no-harm para obtener más información sobre esta y otras regulaciones perjudiciales y saber cómo tomar medidas.