Nos espera una vida mejor, a causa de la Resurrección
April 16, 2022 at 2:20 a.m.
San Pablo escribió: “Si no hay Resurrección de los muertos, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado. Y si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación y nuestra fe” (1 Corintios 15:13-14).
Esos son algunos "si" bastante grandes, especialmente cuando estamos luchando con el daño de una pandemia prolongada y la realidad de una guerra con grandes consecuencias en todo el mundo.
Piense en esos "si" por un momento. Entre Jesucristo resucitado y nosotros como cristianos creyentes, entre lo que predicamos y lo que creemos, esto es la celebración de nuestra fe pascual. “De hecho, todo lo que existe en la Iglesia —los Sacramentos, la doctrina, las instituciones— saca su fuerza de la Resurrección de Cristo. (Rev. Raniero Cantalamesa, “Vida en Cristo”, 67).”
El Señor Jesucristo nos aseguró: “Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá. Y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás” (Juan 11:25-26). ¿Hay alguna mejor invitación que esta? ¿Alguna mejor promesa? ¿Alguna esperanza mayor en este mundo, que esto? No es de extrañar, entonces, que toda nuestra fe como católicos, como cristianos, dependa de la verdad de la Pascua.
La fe en la Resurrección del Señor Jesucristo expresa la profunda convicción de que hay mucho más en la vida de lo que vemos y sentimos en este mundo; que por muy buena que sea esta vida, a pesar de sus desafíos y momentos difíciles, a pesar de sus cruces, hay una mejor vida por venir debido a la Resurrección de Jesucristo.
El fallecido, gran y Venerable Arzobispo Fulton J. Sheen una vez reflexionó: “La Cruz hizo la pregunta; la Resurrección le dio la respuesta. La Cruz preguntó "¿por qué permite Dios que el mal y el pecado claven a la Justicia en un madero?" La Resurrección respondió "para que el pecado, habiendo hecho lo peor, se agote y así sea vencido por el Amor que es más fuerte que el pecado o la muerte". (Fulton J. Sheen, “Sabiduría de Cuaresma y Pascua”, pág. 110).
La Pascua nos permite abrazar nuestra fe, creer que “siempre es posible empezar de nuevo, porque hay una nueva vida que Dios puede despertar en nosotros a pesar de todos nuestros fracasos. De los escombros de nuestros corazones, Dios puede crear una obra de arte; de los residuos arruinados de nuestra humanidad, Dios puede preparar una nueva historia. Él nunca cesa de ir delante de nosotros: en la cruz del sufrimiento, de la desolación y de la muerte, y en la gloria de una vida que resucita, una historia que cambia, una esperanza que renace. En estos meses oscuros. . . , escuchemos al Señor Resucitado que nos invita a comenzar de nuevo y nunca perder la esperanza” (Papa Francisco, “Homilía de la Vigilia Pascual”, 3 de abril de 2021).
¡Felices Pascuas!
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Saturday, November 23, 2024
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San Pablo escribió: “Si no hay Resurrección de los muertos, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado. Y si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación y nuestra fe” (1 Corintios 15:13-14).
Esos son algunos "si" bastante grandes, especialmente cuando estamos luchando con el daño de una pandemia prolongada y la realidad de una guerra con grandes consecuencias en todo el mundo.
Piense en esos "si" por un momento. Entre Jesucristo resucitado y nosotros como cristianos creyentes, entre lo que predicamos y lo que creemos, esto es la celebración de nuestra fe pascual. “De hecho, todo lo que existe en la Iglesia —los Sacramentos, la doctrina, las instituciones— saca su fuerza de la Resurrección de Cristo. (Rev. Raniero Cantalamesa, “Vida en Cristo”, 67).”
El Señor Jesucristo nos aseguró: “Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá. Y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás” (Juan 11:25-26). ¿Hay alguna mejor invitación que esta? ¿Alguna mejor promesa? ¿Alguna esperanza mayor en este mundo, que esto? No es de extrañar, entonces, que toda nuestra fe como católicos, como cristianos, dependa de la verdad de la Pascua.
La fe en la Resurrección del Señor Jesucristo expresa la profunda convicción de que hay mucho más en la vida de lo que vemos y sentimos en este mundo; que por muy buena que sea esta vida, a pesar de sus desafíos y momentos difíciles, a pesar de sus cruces, hay una mejor vida por venir debido a la Resurrección de Jesucristo.
El fallecido, gran y Venerable Arzobispo Fulton J. Sheen una vez reflexionó: “La Cruz hizo la pregunta; la Resurrección le dio la respuesta. La Cruz preguntó "¿por qué permite Dios que el mal y el pecado claven a la Justicia en un madero?" La Resurrección respondió "para que el pecado, habiendo hecho lo peor, se agote y así sea vencido por el Amor que es más fuerte que el pecado o la muerte". (Fulton J. Sheen, “Sabiduría de Cuaresma y Pascua”, pág. 110).
La Pascua nos permite abrazar nuestra fe, creer que “siempre es posible empezar de nuevo, porque hay una nueva vida que Dios puede despertar en nosotros a pesar de todos nuestros fracasos. De los escombros de nuestros corazones, Dios puede crear una obra de arte; de los residuos arruinados de nuestra humanidad, Dios puede preparar una nueva historia. Él nunca cesa de ir delante de nosotros: en la cruz del sufrimiento, de la desolación y de la muerte, y en la gloria de una vida que resucita, una historia que cambia, una esperanza que renace. En estos meses oscuros. . . , escuchemos al Señor Resucitado que nos invita a comenzar de nuevo y nunca perder la esperanza” (Papa Francisco, “Homilía de la Vigilia Pascual”, 3 de abril de 2021).
¡Felices Pascuas!