Seguimos bajo restricciones actuales, pero empezamos a planear para volver a las Iglesias
May 4, 2020 at 8:48 p.m.
Los expertos nacionales de salud y científicos siguen expresando preocupaciones graves de que la proliferación del COVID-19 ni es cerca de terminar. Están de acuerdo de que la mitigación y otras medidas que se ha tomado por el país han funcionado, pero todavía urgen a las personas no complacerse sobre este virus tan contagioso. Algunos expertos se preocupan de que nos encontramos frente a “muchos meses más” con la proliferación del coronavirus.
“Se puede ver que la proliferación se disminuye pero que luego explota en otra epidemia o mayor proliferación”, dijo el doctor Scott Gottlieb, director retirado de la Administración para Alimentos y Drogas. “Eso es nuestra preocupación – que, si no lo controlamos más ahora, creamos una situación que se puede empeorar en cualquier momento”.
“Tenemos que mantener la distancia social. Tenemos que lavar las manos escrupulosamente”, dijo el doctor Deborah Birx, coordinadora del equipo de la Casa Blanca del coronavirus. “Pedimos a cualquier persona con condiciones preexistentes seguir manteniéndose en su casa por las fases 1 y 2”.
Nuestro propio estado sigue viendo cantidades increíbles de casos, hospitalizaciones y muertes, la segunda cantidad más alta de los Estados Unidos. A pesar de los esfuerzos de relajar unas regulaciones en los parques estatales, cursos de golf y las playas para permitir cierta actividad afuera, siguen bajo mayor vigilancia en cuanto las restricciones de precaución.
Hablando en “Fox News Sunday” sobre la situación de New Jersey, el gobernador Phil Murphy expresó algo de optimismo, pero caucionó, “Tenemos que basar nuestras decisiones en la ciencia, los datos y los hechos… no estamos libres de esto todavía … no hemos cruzado la línea del final todavía”. Siguió que, “Somos el estado con la población más densa del país, nuestra región es la más densa en cuanto la población de los Estados Unidos, así que tenemos que ser extremamente cuidadosos”.
En la Diócesis de Trenton, he creado un equipo de párrocos para visionar sobre lo que hagamos después de la pandemia. Buscarán crear algún plan para iniciar la planificación cuando las parroquias e iglesias abren de nuevo para la oración personal sin Misas públicas, las celebraciones sacramentales y los grupos de oración y las devociones, mientras observamos las normas actuales que están activadas. El equipo establecerá normas comunes y directivas para el tiempo cuando podremos comenzar al retorno gradual, por pasos, de la restauración completa de la vida parroquial. Sin embargo, es claro que ahora no es el momento, todavía.
Las iglesias seguirán cerradas por ahora, las Misas virtuales seguirán para apoyar nuestra vida de oración por el momento actual, animamos las comuniones espirituales hasta que podamos comulgar la Eucaristía de nuevo y los Sacramentos se mantienen postergadas temporáneamente hasta que sea seguro resumir estos elementos de la plena vida espiritual católica. La palabra clave es “seguro”. Nos aconsejan las personas con experticia, experiencia y sabiduría extensa de la salud pública que simplemente no es seguro por ahora en medio de la pandemia, especialmente para las personas que no demuestran síntomas pero que puedan tener el COVID-19 o para las personas de categorías de alto riesgo.
Por ahora, tenemos que mantener firme la fe y la esperanza, y que seamos más firmes que nunca. Nuestra convicción de que Dios esté sumamente presente en los momentos del sacrificio y el sufrimiento tiene que manejar nuestra respuesta personal y comunitaria ante lo que la pandemia nos impone. Nuestra hambre por la Eucaristía y los Sacramentos debe intensificar nuestro deseo personal. Nuestra vida de oración nos debe acompañar por estos tiempos difíciles. Nuestras circunstancias deben conmovernos a ser generosos, especialmente con nuestras parroquias que se afrontan con problemas económicos enormes mientras contemplan cargas más grandes ahora y en el futuro.
Aunque, por ahora, tenemos que mantenernos separados físicamente para prevenir y contener mayor contagio, también tenemos que mantenernos unidos espiritualmente, unidos y firmes en que “ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 8:39). Lo que sea temporáneo terminará. Lo que dura – la fe, la esperanza y el amor – permanecerá.
¡María, Madre de la Iglesia, ruega por nosotros!
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“Se puede ver que la proliferación se disminuye pero que luego explota en otra epidemia o mayor proliferación”, dijo el doctor Scott Gottlieb, director retirado de la Administración para Alimentos y Drogas. “Eso es nuestra preocupación – que, si no lo controlamos más ahora, creamos una situación que se puede empeorar en cualquier momento”.
“Tenemos que mantener la distancia social. Tenemos que lavar las manos escrupulosamente”, dijo el doctor Deborah Birx, coordinadora del equipo de la Casa Blanca del coronavirus. “Pedimos a cualquier persona con condiciones preexistentes seguir manteniéndose en su casa por las fases 1 y 2”.
Nuestro propio estado sigue viendo cantidades increíbles de casos, hospitalizaciones y muertes, la segunda cantidad más alta de los Estados Unidos. A pesar de los esfuerzos de relajar unas regulaciones en los parques estatales, cursos de golf y las playas para permitir cierta actividad afuera, siguen bajo mayor vigilancia en cuanto las restricciones de precaución.
Hablando en “Fox News Sunday” sobre la situación de New Jersey, el gobernador Phil Murphy expresó algo de optimismo, pero caucionó, “Tenemos que basar nuestras decisiones en la ciencia, los datos y los hechos… no estamos libres de esto todavía … no hemos cruzado la línea del final todavía”. Siguió que, “Somos el estado con la población más densa del país, nuestra región es la más densa en cuanto la población de los Estados Unidos, así que tenemos que ser extremamente cuidadosos”.
En la Diócesis de Trenton, he creado un equipo de párrocos para visionar sobre lo que hagamos después de la pandemia. Buscarán crear algún plan para iniciar la planificación cuando las parroquias e iglesias abren de nuevo para la oración personal sin Misas públicas, las celebraciones sacramentales y los grupos de oración y las devociones, mientras observamos las normas actuales que están activadas. El equipo establecerá normas comunes y directivas para el tiempo cuando podremos comenzar al retorno gradual, por pasos, de la restauración completa de la vida parroquial. Sin embargo, es claro que ahora no es el momento, todavía.
Las iglesias seguirán cerradas por ahora, las Misas virtuales seguirán para apoyar nuestra vida de oración por el momento actual, animamos las comuniones espirituales hasta que podamos comulgar la Eucaristía de nuevo y los Sacramentos se mantienen postergadas temporáneamente hasta que sea seguro resumir estos elementos de la plena vida espiritual católica. La palabra clave es “seguro”. Nos aconsejan las personas con experticia, experiencia y sabiduría extensa de la salud pública que simplemente no es seguro por ahora en medio de la pandemia, especialmente para las personas que no demuestran síntomas pero que puedan tener el COVID-19 o para las personas de categorías de alto riesgo.
Por ahora, tenemos que mantener firme la fe y la esperanza, y que seamos más firmes que nunca. Nuestra convicción de que Dios esté sumamente presente en los momentos del sacrificio y el sufrimiento tiene que manejar nuestra respuesta personal y comunitaria ante lo que la pandemia nos impone. Nuestra hambre por la Eucaristía y los Sacramentos debe intensificar nuestro deseo personal. Nuestra vida de oración nos debe acompañar por estos tiempos difíciles. Nuestras circunstancias deben conmovernos a ser generosos, especialmente con nuestras parroquias que se afrontan con problemas económicos enormes mientras contemplan cargas más grandes ahora y en el futuro.
Aunque, por ahora, tenemos que mantenernos separados físicamente para prevenir y contener mayor contagio, también tenemos que mantenernos unidos espiritualmente, unidos y firmes en que “ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 8:39). Lo que sea temporáneo terminará. Lo que dura – la fe, la esperanza y el amor – permanecerá.
¡María, Madre de la Iglesia, ruega por nosotros!