Ninguna pandemia puede apagar la luz de Cristo, dice el papa en el Ángelus
December 9, 2020 at 6:28 p.m.
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – Ninguna pandemia ni ningún tipo de crisis pueden extinguir la luz de Cristo, dijo el papa Francisco.
Mientras la gente deje entrar la luz de Cristo en su corazón y "nos deje dar una mano a los que más lo necesitan. De esta manera Dios nacerá de nuevo en nosotros y entre nosotros", dijo el papa a los visitantes reunidos en la Plaza de San Pedro después de rezar el Ángelus el 6 de diciembre.
Desde la ventana de su estudio del palacio apostólico, el papa señaló a el abeto de 92 pies de altura que ya está en la plaza y también habló del trabajo en curso para preparar la escena de nacimiento del niño Jesús.
"Estos dos signos de la Navidad se están preparando, para el deleite de niños y adultos también", en muchos hogares de todo el mundo, expresó el Santo Padre.
"Son signos de esperanza, especialmente en este momento difícil", dijo.
Sin embargo, es esencial que las personas vayan más allá de los símbolos y acepten su significado, que es Jesús, "la bondad infinita" que Dios reveló e hizo brillar en el mundo, agregó.
"No hay pandemia, no hay crisis que pueda apagar esta luz", dijo el papa a los visitantes que sostenían paraguas o vestían ropa de lluvia bajo un cielo nublado que generaba lluvia o llovizna.
Antes de la oración del Ángelus, el papa Francisco habló de que el Adviento es un momento de preparación para recibir al Señor en Navidad y, por lo tanto, hay la necesidad de la conversión.
La conversión requiere un cambio de "dirección y orientación", así como un cambio en nuestra forma de pensar.
Uno debe estar arrepentido por sus pecados y querer convertirse "del mal al bien, del pecado al amor de Dios" para siempre, acotó.
"Para excluir el pecado, también es necesario rechazar todo lo que está conectado con el pecado; las cosas que están conectadas con el pecado y que necesitan ser rechazadas: una mentalidad mundana, una estima excesiva por las comodidades, una estima excesiva por el placer, por el bienestar, por la riqueza", dijo el prelado.
Además de estar desapegado del pecado y la mundanalidad, uno también debe enfocarse en buscar a Dios y a su reino, y buscar la comunión y la amistad con Dios, continuó diciendo.
"Pero esto no es fácil", declaró el papa Francisco.
"La tentación siempre hala hacia abajo, destruye, y por ende los lazos que nos mantienen cerca del pecado: inconstancia, desánimo, malicia, ambientes malsanos, malos ejemplos", expresó el Santo Padre.
La gente puede sentirse tentada a desanimarse y creer que es imposible convertirse de verdad.
"Pero es posible" y la gente debe evitar estos pensamientos desalentadores como si fueran "arenas movedizas", que rápidamente los llevarán a una "existencia mediocre".
La gente debe recordarse a sí misma que "nadie puede convertirse por su propia fuerza", dijo el papa.
"Es una gracia que el Señor te da y por eso tenemos que pedirla a Dios con fuerza" y "abrirnos a la belleza, la bondad, la ternura de Dios".
"Dios no es un mal padre, un padre cruel, no. Es tierno. Nos ama tanto, como el Buen Pastor, que busca hasta el último miembro de su rebaño", señaló el prelado.
"Empiezas a caminar, porque es él quien te mueve a caminar, y verás cómo él llegará. Ora, camina, y siempre darás un paso adelante".
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Desde la ventana de su estudio del palacio apostólico, el papa señaló a el abeto de 92 pies de altura que ya está en la plaza y también habló del trabajo en curso para preparar la escena de nacimiento del niño Jesús.
"Estos dos signos de la Navidad se están preparando, para el deleite de niños y adultos también", en muchos hogares de todo el mundo, expresó el Santo Padre.
"Son signos de esperanza, especialmente en este momento difícil", dijo.
Sin embargo, es esencial que las personas vayan más allá de los símbolos y acepten su significado, que es Jesús, "la bondad infinita" que Dios reveló e hizo brillar en el mundo, agregó.
"No hay pandemia, no hay crisis que pueda apagar esta luz", dijo el papa a los visitantes que sostenían paraguas o vestían ropa de lluvia bajo un cielo nublado que generaba lluvia o llovizna.
Antes de la oración del Ángelus, el papa Francisco habló de que el Adviento es un momento de preparación para recibir al Señor en Navidad y, por lo tanto, hay la necesidad de la conversión.
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Uno debe estar arrepentido por sus pecados y querer convertirse "del mal al bien, del pecado al amor de Dios" para siempre, acotó.
"Para excluir el pecado, también es necesario rechazar todo lo que está conectado con el pecado; las cosas que están conectadas con el pecado y que necesitan ser rechazadas: una mentalidad mundana, una estima excesiva por las comodidades, una estima excesiva por el placer, por el bienestar, por la riqueza", dijo el prelado.
Además de estar desapegado del pecado y la mundanalidad, uno también debe enfocarse en buscar a Dios y a su reino, y buscar la comunión y la amistad con Dios, continuó diciendo.
"Pero esto no es fácil", declaró el papa Francisco.
"La tentación siempre hala hacia abajo, destruye, y por ende los lazos que nos mantienen cerca del pecado: inconstancia, desánimo, malicia, ambientes malsanos, malos ejemplos", expresó el Santo Padre.
La gente puede sentirse tentada a desanimarse y creer que es imposible convertirse de verdad.
"Pero es posible" y la gente debe evitar estos pensamientos desalentadores como si fueran "arenas movedizas", que rápidamente los llevarán a una "existencia mediocre".
La gente debe recordarse a sí misma que "nadie puede convertirse por su propia fuerza", dijo el papa.
"Es una gracia que el Señor te da y por eso tenemos que pedirla a Dios con fuerza" y "abrirnos a la belleza, la bondad, la ternura de Dios".
"Dios no es un mal padre, un padre cruel, no. Es tierno. Nos ama tanto, como el Buen Pastor, que busca hasta el último miembro de su rebaño", señaló el prelado.
"Empiezas a caminar, porque es él quien te mueve a caminar, y verás cómo él llegará. Ora, camina, y siempre darás un paso adelante".