Después de arrodillarse en solidaridad, obispo recibe una llamada del papa
August 19, 2020 at 4:57 p.m.
Hasta el 1 de junio, ningún obispo católico había participado públicamente en el gesto, pero ese día, el obispo Mark J. Seitz de la Diócesis de El Paso se convirtió en el primero.
Con un cartel de Black Lives Matter (vidas negras importan) en la mano, el obispo puso ambas rodillas sobre la hierba en el parque memorial de El Paso y cerró los ojos.
¿Estaba nervioso?
"Claro", dijo en una entrevista el 3 de junio.
"Es difícil saber qué debe hacer un obispo. Pero he tenido excelentes asesores, personas y sacerdotes. Intenté escucharlos, escuché a mi corazón. A veces, tenemos que dar un salto a lo desconocido".
Su foto, arrodillado y rodeado de sacerdotes de su diócesis, dio la vuelta alrededor del mundo a través de Twitter y terminó en un sitio web italiano para la Diócesis de Roma. Quizás fue allí donde su jefe, el papa Francisco, lo vio.
El 3 de junio, poco después de que el obispo terminara su misa diaria en El Paso, el pontífice le dio una llamada.
"Respondí y una voz dijo en inglés que él era el secretario personal del Santo Padre", dijo Monseñor Seitz. "Me dijo que el Santo Padre quería hablar conmigo. ¿Me gustaría hacerlo en italiano o español?"
Respondió que en español.
"El Santo Padre dijo que quería felicitarme por las palabras que había dicho. También llamó al arzobispo (José) Gómez (de Los Ángeles)", dijo Monseñor Seitz, recordando la llamada telefónica. "Le dije que sentía que era muy importante en este momento mostrar nuestra solidaridad con los que sufren. Le dije que acababa de llegar de la misa en la que rezaba por él y siempre lo hago. Me dio las gracias y dijo que cada vez que celebramos la misa, rezamos juntos, él donde está y yo en la frontera. Le dije que me siento muy honrado de servir aquí".
Con sus llamadas telefónicas a los prelados en los Estados Unidos el papa mostro "que está consciente de lo que sucede en este país y está ansioso de que la iglesia responda de manera pastoral para participar en la respuesta, en solidaridad con aquellos que han experimentado la discriminación racial", dijo.
En una declaración pública publicada el 4 de junio sobre el asesinato de Floyd, el obispo escribió sobre una imagen que vio en video, "una joven mujer blanca en una protesta cerca de la Casa Blanca que se puso en el suelo frente a un joven adolescente negro arrodillado cuando un agente de un escuadrón antidisturbios se acercaba".
"Como dijo Jesús, 'Nadie tiene mayor amor que esto, dar la vida por sus amigos'", escribió. "Es una escena de solidaridad y entrega que se ha visto en todo el país y muchas veces en la última semana. Aquí en El Paso, dos policías jóvenes se arrodillaron con los manifestantes aquí durante nuestra protesta y eso ayudó a calmar la tensión. Hay algo profundamente eucarístico en eso y estoy muy inspirado por nuestros jóvenes. Nos están enseñando algo".
El año pasado, Monseñor Seitz escribió una carta pastoral sobre el racismo en octubre, después de un tiroteo el 3 de agosto en un Walmart en El Paso, un evento violento que tenía como intención matar una gran cantidad de latinos, según autoridades. Hasta que la pandemia terminó con su acceso al hospital, el obispo visitaba regularmente a los sobrevivientes del tiroteo y ministraba a familias que perdieron a seres queridos en el evento que él llama "la matanza". Guillermo García, de 36 años, el último paciente del tiroteo masivo que quedaba en el hospital y alguien a quien el obispo Seitz visitó, murió el 27 de abril, elevando el número de los que murieron en el incidente a 23.
"Esa 'matanza', ese evento me abrió los ojos a la presencia de personas cuyos pensamientos están muy influenciados por maneras de pensar racialmente perjudiciales y que no es solo un problema benigno en nuestro país, sino un problema que puede llevar a la muerte, " le dijo al CNS. "Entonces, vi las cosas de otra manera, que este no es un tipo de problema abstracto. Es un problema que tiene un tremendo impacto en la vida de las personas. Y no es solo el daño físico que les afecta, sino también le afecta a las personas en la capacidad de su potencial".
Dijo que para que las personas alcancen su potencial como Dios quiere, también se les debe ver como Dios las ve, pero cuando otras personas miran a otros con desconfianza, sin ver lo bueno que Dios ve en ellos, también es difícil para la otra persona verlo, y de esa manera "creo que esa es una de las formas sutiles pero extremadamente importantes en las que este prejuicio sistemático influye en las personas", dijo.
Por eso sintió que era importante mostrar solidaridad.
"El papa, desde el primer día, ha pedido que la iglesia sea un hospital de campo. Si alguna vez hay una temporada para poner eso en práctica, este tiempo, del Covid y del asesinato de George Floyd, este es el tiempo para que la iglesia muestre solidaridad y apoyo a la gente, este es el momento," dijo. "Necesitamos mostrar nuestro amor y compasión y responder a ese llamado con acciones pacíficas, dándoles apoyo a los que lo necesiten. Acción es importante para que los asuntos fundamentales ... sean observados y cambiados".
Cuando se arrodilló, cuando participó en "tomar una rodilla", fue como participar en una acción que era algo parecido a la liturgia.
"Enseñé liturgia en el seminario. En la buena liturgia, nuestra fe se hace realidad. Creo que lo que hemos visto en los últimos días es tal vez un poco como la liturgia", dijo en su declaración. "Creo que a veces podemos caer en la trampa de pensar que el cristianismo es una religión muerta. Que se trata de cosas que sucedieron hace mucho tiempo o de palabras en una página. Pero todos los días en la misa, cuando me arrodillo ante Jesús en la Eucaristía, eso me recuerda que está vivo y presente. Que el cristianismo es un evento que está ocurriendo en este momento. El drama de la salvación es algo que se está desarrollando todos los días. Y todos tenemos un papel que jugar".
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Hasta el 1 de junio, ningún obispo católico había participado públicamente en el gesto, pero ese día, el obispo Mark J. Seitz de la Diócesis de El Paso se convirtió en el primero.
Con un cartel de Black Lives Matter (vidas negras importan) en la mano, el obispo puso ambas rodillas sobre la hierba en el parque memorial de El Paso y cerró los ojos.
¿Estaba nervioso?
"Claro", dijo en una entrevista el 3 de junio.
"Es difícil saber qué debe hacer un obispo. Pero he tenido excelentes asesores, personas y sacerdotes. Intenté escucharlos, escuché a mi corazón. A veces, tenemos que dar un salto a lo desconocido".
Su foto, arrodillado y rodeado de sacerdotes de su diócesis, dio la vuelta alrededor del mundo a través de Twitter y terminó en un sitio web italiano para la Diócesis de Roma. Quizás fue allí donde su jefe, el papa Francisco, lo vio.
El 3 de junio, poco después de que el obispo terminara su misa diaria en El Paso, el pontífice le dio una llamada.
"Respondí y una voz dijo en inglés que él era el secretario personal del Santo Padre", dijo Monseñor Seitz. "Me dijo que el Santo Padre quería hablar conmigo. ¿Me gustaría hacerlo en italiano o español?"
Respondió que en español.
"El Santo Padre dijo que quería felicitarme por las palabras que había dicho. También llamó al arzobispo (José) Gómez (de Los Ángeles)", dijo Monseñor Seitz, recordando la llamada telefónica. "Le dije que sentía que era muy importante en este momento mostrar nuestra solidaridad con los que sufren. Le dije que acababa de llegar de la misa en la que rezaba por él y siempre lo hago. Me dio las gracias y dijo que cada vez que celebramos la misa, rezamos juntos, él donde está y yo en la frontera. Le dije que me siento muy honrado de servir aquí".
Con sus llamadas telefónicas a los prelados en los Estados Unidos el papa mostro "que está consciente de lo que sucede en este país y está ansioso de que la iglesia responda de manera pastoral para participar en la respuesta, en solidaridad con aquellos que han experimentado la discriminación racial", dijo.
En una declaración pública publicada el 4 de junio sobre el asesinato de Floyd, el obispo escribió sobre una imagen que vio en video, "una joven mujer blanca en una protesta cerca de la Casa Blanca que se puso en el suelo frente a un joven adolescente negro arrodillado cuando un agente de un escuadrón antidisturbios se acercaba".
"Como dijo Jesús, 'Nadie tiene mayor amor que esto, dar la vida por sus amigos'", escribió. "Es una escena de solidaridad y entrega que se ha visto en todo el país y muchas veces en la última semana. Aquí en El Paso, dos policías jóvenes se arrodillaron con los manifestantes aquí durante nuestra protesta y eso ayudó a calmar la tensión. Hay algo profundamente eucarístico en eso y estoy muy inspirado por nuestros jóvenes. Nos están enseñando algo".
El año pasado, Monseñor Seitz escribió una carta pastoral sobre el racismo en octubre, después de un tiroteo el 3 de agosto en un Walmart en El Paso, un evento violento que tenía como intención matar una gran cantidad de latinos, según autoridades. Hasta que la pandemia terminó con su acceso al hospital, el obispo visitaba regularmente a los sobrevivientes del tiroteo y ministraba a familias que perdieron a seres queridos en el evento que él llama "la matanza". Guillermo García, de 36 años, el último paciente del tiroteo masivo que quedaba en el hospital y alguien a quien el obispo Seitz visitó, murió el 27 de abril, elevando el número de los que murieron en el incidente a 23.
"Esa 'matanza', ese evento me abrió los ojos a la presencia de personas cuyos pensamientos están muy influenciados por maneras de pensar racialmente perjudiciales y que no es solo un problema benigno en nuestro país, sino un problema que puede llevar a la muerte, " le dijo al CNS. "Entonces, vi las cosas de otra manera, que este no es un tipo de problema abstracto. Es un problema que tiene un tremendo impacto en la vida de las personas. Y no es solo el daño físico que les afecta, sino también le afecta a las personas en la capacidad de su potencial".
Dijo que para que las personas alcancen su potencial como Dios quiere, también se les debe ver como Dios las ve, pero cuando otras personas miran a otros con desconfianza, sin ver lo bueno que Dios ve en ellos, también es difícil para la otra persona verlo, y de esa manera "creo que esa es una de las formas sutiles pero extremadamente importantes en las que este prejuicio sistemático influye en las personas", dijo.
Por eso sintió que era importante mostrar solidaridad.
"El papa, desde el primer día, ha pedido que la iglesia sea un hospital de campo. Si alguna vez hay una temporada para poner eso en práctica, este tiempo, del Covid y del asesinato de George Floyd, este es el tiempo para que la iglesia muestre solidaridad y apoyo a la gente, este es el momento," dijo. "Necesitamos mostrar nuestro amor y compasión y responder a ese llamado con acciones pacíficas, dándoles apoyo a los que lo necesiten. Acción es importante para que los asuntos fundamentales ... sean observados y cambiados".
Cuando se arrodilló, cuando participó en "tomar una rodilla", fue como participar en una acción que era algo parecido a la liturgia.
"Enseñé liturgia en el seminario. En la buena liturgia, nuestra fe se hace realidad. Creo que lo que hemos visto en los últimos días es tal vez un poco como la liturgia", dijo en su declaración. "Creo que a veces podemos caer en la trampa de pensar que el cristianismo es una religión muerta. Que se trata de cosas que sucedieron hace mucho tiempo o de palabras en una página. Pero todos los días en la misa, cuando me arrodillo ante Jesús en la Eucaristía, eso me recuerda que está vivo y presente. Que el cristianismo es un evento que está ocurriendo en este momento. El drama de la salvación es algo que se está desarrollando todos los días. Y todos tenemos un papel que jugar".