Obispo O'Connell ordena a cuatro hombres al diaconado
July 29, 2019 at 12:37 p.m.

Tomando el próximo paso de su camino hacia el sacerdocio, cuatro seminaristas de la Diócesis de Trenton recibirán el Sacramento de las Ordenes Sagradas cuando sean ordenados como diáconos transicionales por el Obispo David M. O’Connell, C.M., durante la Misa en la Catedral Santa María de la Asunción, Trenton, el 20 de mayo a las 10 de la mañana.
Al ser ordenados, los nuevos diáconos seguirán sus estudios en el seminario además de colaborar en parroquias donde asumirán responsabilidades como presidir matrimonios, bautismos, velorios, servicios funerarios y compromisos, proclamar el Evangelio y predicar homilías. Están en camino ser ordenados al sacerdocio el próximo año.
Christopher Dayton
Después de discernir su vocación al sacerdocio de una manera muy gradual y consistente, Christopher Dayton, nativo de Manasquan, volvió de sus estudios en el seminario para arrancar esta nueva fase de su camino: la ordenación como un diacono transicional.
Expresa que está “nervioso pero animado” pensar en su ordenación y vocación. Compartió también de sus esperanzas y expectativas de este año como diacono transicional en la Parroquia San Aloysio, Jackson, una parroquia movedora de 5,000 familias.
“Estoy listo para trabajar”, dijo Dayton, añadiendo que el párroco Padre John Bambrick le invitó a presentarse al personal parroquial antes de la ordenación para poder tener una idea de la vida parroquial de San Aloysio.
Dayton pasó los últimos varios veranos colaborando en la Parroquia San Diego, Pennington; San Jorge, Titusville; San Alfonso, Hopewell, y la Catedral Santa María de la Asunción, Trenton, donde también ha estado estudiando español.
Dayton compartió que empezó a sentirse llamado al sacerdocio en su niñez y adolescencia. “Servía como monaguillo en Santa Catarina y hablé con el monseñor Leubking. Me trató muy bien y me involucraba en la vida eclesial durante mi juventud”.
Dijo que el monseñor Leubking buscaba maneras para involucrarlo en la vida de la parroquia hasta cuando entró a la universidad a pesar de la distancia. El monseñor le ofrecía oportunidades para servir en bodas y muchas otras ocasiones sacramentales. También, los padres de Dayton le ayudaban en su proceso de discernimiento sobre el sacerdocio.
Graduó de Christian Brothers Academy, Lincroft, en el 2006. Estudió entonces en Christendom College, Fort Royal, Virginia, donde recibió bachilleres en ciencias políticas y económicas en el 2010. Al graduarse, se involucró en el servicio público trabajando para un asambleísta estatal. Fue una experiencia que profundizó su interés en ayudar a otros.
“Me ayudó ver lo interesante que puede ser el mundo, pero me di cuenta que no fue lo que quería hacer con mi vida”, compartió. “No sabía que iba a ser mi próximo paso después de las políticas. Pensé estudiar para una maestría”.
Al discernir qué hacer, contactó al Padre Garry Koch, actualmente el párroco de la Parroquia San Benedicto, Holmdel, quien le había enseñado y formado en la secundaria de CBA. “[Padre Garry] también enseñó a mi padre y empecé a conversar con él sobre la vida en general. Fue entonces que descubrí mi meta”.
Dayton empezó sus estudios para el sacerdocio en el Seminario y Universidad de Santa María, Baltimore, en el 2013 y recibirá su bachiller en teología sagrada y una maestría de divinidad poco antes de su ordenación en el 2018.
Dayton, quien recibirá sus vestimentas diaconales de su párroco, Padre Harold Cullen, está más que feliz que sus padres y hermanas y hermanos estarán presentes con él para compartir este día tan especial. “Me encanta ser de una familia grande. Amo a mis padres y a mis hermanas y hermanos. De ellos he aprendido mucho de lo que significa ser familia, de una manera espiritual. Es un aprendizaje fundamental que me servirá bien en el sacerdocio”, dijo Dayton.
~ Por Lois Rogers | Corresponsal
Michael G. DeSaye
Al acercarse al 20 de mayo, el día de su ordenación al diaconado, Michael G. DeSaye reflexiona mucho sobre su respuesta al llamado de Dios de servir como un sacerdote.
“No tengo una historia tan grande”, dijo francamente al explicar que no sentía un llamado desde su niñez ni nada cerca.
De hecho, admitió él, ha sido el opuesto. Su vocación se ha tratado silenciosamente de una serie de experiencias vividas y personas influyentes que ha conocido de por toda su vida. Reconoce el ejemplo de sus padres, Gregory y Deborah DeSaye, al crear un hogar católico siempre a instilar en él y sus tres hermanos los valores de la fe. También reconoce la bendición de haber estudiado en la Escuela Sagrada Familia, Lakewood, y Christian Brothers Academy, Lincroft.
Reflexionó de las muchas oportunidades de fe que le brindaron su pasión de música, especialmente los géneros de música clásica y sagrada, y su entrenamiento en el piano y el órgano. Trabajaba como organista cuando tenía apenas 14 años en la Parroquia Santa María de los Pinos, Lakewood, cuando su familia vivía en Brick.
Fue a estudiar en Ithaca College y recibió su bachiller en música y piano en el 2005. Al graduarse, trabajaba como organista en varias parroquias además de pianista en escuelas. Tocaba en centros artísticos y compañías de teatro a la vez. Pero al pensar en una carrera, música no fue su primera opción.
Empezó a explorar el interés que sentía de servir la Iglesia. Con el apoyo de su familia, entró a la Abadía Santa María, Morristown, y se hizo hermano benedictino y pasó cuatro años en formación en el noviciado hasta profesar votos simples. Mientras en Morristown, enseñaba música en Delbarton School, Morristown, y se afilió a la Parroquia Santa Ana, Hampton, de la Diócesis de Metuchen, donde se dio cuenta que su servicio en la Iglesia se estaba convirtiendo de la vida religiosa al ver el trabajo de un sacerdote diocesano en una parroquia.
Entre los sacerdotes que le ayudaron inspirar su vocación fue el Padre Michael Saharic, párroco de la Parroquia Santa Ana. Padre Saharic le presentará a DeSaye sus vestimentas en la ordenación. También le inspiró mucho el Padre Garry Koch, párroco de la Parroquia San Benedicto, Holmdel, a quien le conoció en Christian Brothers Academy como alumno de la secundaria. Gracias al ejemplo sacerdotal de Padre Koch, DeSaye conoció a la Parroquia San Benedicto y ahora considera a la parroquia como suya aunque sus padres pertenezcan a la Parroquia Santa Rosa de Lima en Freehold.
También están su amigo de niñez, el Padre Michael Pfleger, vicario parroquial de la Parroquia San Dominico, Brick, y el Padre Pablo Gadenz, profesor en el Seminario Inmaculada Concepción, South Orange.
Como seminarista de la Diócesis de Trenton, DeSaye recibió un certificado en pre-teología de Theological College en el campus de La Universidad Católica de América, Washington, D.C., en el 2015. Actualmente está trabajando para su maestría de divinidad en el Seminario Mount St. Mary, Emmittsburg, MD.
Durante los veranos ha trabajado en la Parroquia Sagrado Corazón, Trenton. Mientras ahí empezó a colaborar con Mount Carmel Guild, una agencia diocesana de Trenton que provee apoyo a personas necesitadas, como acompañante. Ha seguido también en Parroquia San Benedicto.
DeSaye mira a su ordenación al diácono como un paso en su camino sacerdotal. Está animado servir como diácono en la Parroquia de la Visitación, Brick, el pueblo donde vivían sus padres hace tiempo.
Ser ordenado “me llevará mucho más cerca a poder celebrar la Misa. Como diácono podré entender mejor lo que significa ministrar en el altar”. Añadió que podrá predicar la homilía además de celebrar bautismos y presidir matrimonios, servicios funerarios y compromisos.
“En fin, ser sacerdote se basa en la Misa y consagrar la Eucaristía”, dijo. “Eso es lo que quiero hacer. De eso se trata todo esto”.
~ Mary Stadnyk | Editora Asociada
Hermano Nicholas Dolan
El hermano Nicholas Dolan se ve tranquilo mientras habla del diaconado pero el brillo de sus ojos revelan su pasión verdadera.
“Me encanta la hermosura de la verdad de la fe católica y estoy animado poder predicar y ofrecer homilías”, dijo el seminarista de sus nuevos deberes como diacono transicional en la Parroquia San Antonio de Padua, Red Bank. “Estoy animado poder enseñar desde el corazón y permitirle a Dios usarme de esa manera”.
“Hacerme un instrumento que Dios utiliza que otras personas es recontra emocionante… y da miedo”, añadió con una risa. “Que Dios me entregue la responsabilidad de cuidar a sus hijos me asusta pero Él me dará la gracia para poder hacerlo”.
Y de hecho, Dios también le ha dado a un mentor.
El padre Alberto Tamayo, párroco de la Parroquia San Antonio en Red Bank, le entregará sus vestimentas al hermano Nicholas en la ordenación. El padre Tamayo le urgió a Hermano Nicholas hace muchos años a hacerse seminarista para la diócesis pero antes de poder contestar ese llamado, tenía él que discernirlo por sí mismo.
Nació el 28 de junio del 1992 a Robert y María Dolan. Asistió a escuela en Allenwood Elementary, Allenwood; la New School del condado de Monmouth, Holmdel; Wall Intermediate, Wall Township, y Christian Brothers Academy, Lincroft.
Aunque la fe católica siempre era un elemento fuerte en su vida familiar, “Nunca tuve una conexión propia con la fe. No la había captado”, explicó.
Compartió que al asistir a la Misa, reflexionaba sobre el trabajo del sacerdote afuera de la Misa. En su segundo año de la secundaria, su padre le regaló un libro del Papa San Juan Pablo II. Inspirado, Hermano Nicholas empezó a asumir más responsabilidad en la vida parroquial. Hablaba con sacerdotes, leía sobre las vidas de los santos, rezaba el Rosario con su familia cada noche – y leía más del Santo Papa Juan Pablo II, incluso sus escrituras sobre el sacerdocio.
“Esto es exactamente lo que quiero hacer con mi vida”, dijo sobre el momento en que se dio cuenta que estaba llamado a una vocación. “No puedo explicar cómo se siente realmente, porque es Dios actuando en ti”.
Hermano Nicholas recibió su bachiller en filosofía de Franciscan University en Steubenville, OH, en el 2014. Del 2014 a 2015 asistió al Seminario y Universidad Santa María en Baltimore. Actualmente, estudia para el sacerdocio en el Seminario Mount St. Mary, Emmitsburg, MD., y espera graduar de ahí en el 2018.
En sus veranos entre los estudios, trabajaba en capellanía parroquial y en hospitales con el padre Brian Woodrow, párroco de la Parroquia San Juan, Allentown, y servía con el Padre Tamayo en la Parroquia Corpus Cristi, Willingboro, y ahora en la parroquia de Red Bank.
“Estar en la parroquia, ver el día a día de un sacerdote desde adentro, he podido ver la realidad”, comentó sobre sus trabajos veraniegos.
Ese día a día sacerdotal se verá distinto para Hermano Nicholas porque pertenece también al Oratorio-en Formación de San Felipe Neri, ubicado en la propiedad de la Parroquia San Antonio de Padua. Como oratoriano, los sacerdotes y hermanos viven, rezan y sirven al pueblo de Dios juntos. El Oratorio es la casa permanente del clero así que él crecerá en su vocación en esa comunidad.
Un 30 por ciento de la parroquia es hispana y el hermano estudiará español este verano para poder un sacerdote que, como dijo San Pablo, es todas las cosas para todas las personas. El hermano Nicholas busca entregarse totalmente al servicio de la parroquia.
“Son generosos sin tener que preguntar ni pedir, y así quiero yo vivir mi sacerdocio – para mi Dios y para mi Iglesia”.
~ Jennifer Mauro
James Smith
Otras personas que James Smith reconocieron la posibilidad de su vocación al sacerdocio antes que él, más que nada en su parroquia de la Encarnación en Ewing.
“Mi madre trabajaba en la rectoría de la iglesia, y otros feligreses preguntaban y sugerían que a lo mejor me hiciera sacerdote”, dijo Smith durante los días antes de su ordenación al diaconado transicional.
Un nativo de Ewing, Smith conoció la idea de vocación cuando tenía treinta y pico años mientras se preparaba para el Sacramento de Matrimonio con su novia de entonces.
“Al comprometerme a casarme fue cuando realmente redescubrí mi fe”, dijo. Como parte de la preparación matrimonial, empecé a asistir a Misa más y me involucré en la vida parroquial. Me encontré muy atraído al Santísimo y me sentía una cercanía cierta a Dios que no había sentido antes. Todas las cosas de mi vida me deberían haber dirigido al Sacramento de Matrimonio; sin embargo, al reflexionar sobre mi vida entonces, lo que me sentía era un deseo increíble de acercarme a Dios”.
Smith buscó dirección en la Diócesis y habló con el monseñor Gregory D. Vaughan, quien servía en aquel tiempo como director de la Oficina de Vocaciones. Smith decidió empezar el camino al sacerdocio y empezó a estudiar.
Mientras trabajaba en una joyería local, estudiaba en el Mercer County Community College y reavivó su pasión por la educación después de haber salido de la secundaria hace unos 13 años.
“Pensé que me los académicos me iban a ser difíciles, haber estado lejos para tanto tiempo”, admitió. “Fue un cambio grande, un cambio bueno que me dejaba queriendo más”.
Después de adquirir una cierta cantidad de créditos, volvió a hablar con el monseñor Vaughan y empezó a buscar matricularse en seminarios diferentes. Smith entró el Seminario y Universidad Santa María, Baltimore, en el 2012.
Pasó los veranos trabajando en varias parroquias de la Diócesis de Trenton. Servía como lector y ministro extraordinario de la Eucaristía en la Parroquia Encarnación-San Diego, Ewing. Actualmente sirve como lector y acólito en la Parroquia Nuestra Señora del Buen Consejo, West Trenton.
En el 2015, ayudó con las liturgias, la pastoral juvenil y el ministerio a los enfermos y personas en casa en la Parroquia San Bernabé, Bayville.
El verano pasado, ayudó al monseñor James Innocenzi, vicario judicial diocesano, con evaluar y procesar casos de anulo en la cancillería mientras servía en la Parroquia Sagrado Corazón, Trenton.
“Me gustó mucho trabajar para la diócesis”, compartió. “Conocer al personal y ver la pasión y amor que tienen por Cristo y lo duro que trabajan para mejorar las vidas del pueblo de la diócesis es increíble”.
Después de su ordenación al diaconado transicional, servirá en la Parroquia Nuestra Señora de Dolores-San Antonio, Hamilton.
Sus padres, Robert y Deborah, aún viven localmente. Smith es uno de tres hermanos.
El padre Michael Hall, párroco de la Parroquia Nuestra Señora del Buen Consejo y director de la Oficina de Liturgias, le entregará sus vestimentas.
Al mirar hacia el futuro, Smith dice que está animado “crecer en mi propia formación y poder compartir ese crecimiento y vida en Cristo con los demás”.
Como diácono transicional, tendrá la oportunidad para predicar, una oportunidad que acepta con humildad. “Si a través de mis palabras y acciones y mi propio camino puedo ayudar acercarles a otros a Cristo – wow, que regalo tan grande”.
~ Rose O’Connor | Corresponsal
[[In-content Ad]]Related Stories
Tuesday, October 03, 2023
E-Editions
Events
Tomando el próximo paso de su camino hacia el sacerdocio, cuatro seminaristas de la Diócesis de Trenton recibirán el Sacramento de las Ordenes Sagradas cuando sean ordenados como diáconos transicionales por el Obispo David M. O’Connell, C.M., durante la Misa en la Catedral Santa María de la Asunción, Trenton, el 20 de mayo a las 10 de la mañana.
Al ser ordenados, los nuevos diáconos seguirán sus estudios en el seminario además de colaborar en parroquias donde asumirán responsabilidades como presidir matrimonios, bautismos, velorios, servicios funerarios y compromisos, proclamar el Evangelio y predicar homilías. Están en camino ser ordenados al sacerdocio el próximo año.
Christopher Dayton
Después de discernir su vocación al sacerdocio de una manera muy gradual y consistente, Christopher Dayton, nativo de Manasquan, volvió de sus estudios en el seminario para arrancar esta nueva fase de su camino: la ordenación como un diacono transicional.
Expresa que está “nervioso pero animado” pensar en su ordenación y vocación. Compartió también de sus esperanzas y expectativas de este año como diacono transicional en la Parroquia San Aloysio, Jackson, una parroquia movedora de 5,000 familias.
“Estoy listo para trabajar”, dijo Dayton, añadiendo que el párroco Padre John Bambrick le invitó a presentarse al personal parroquial antes de la ordenación para poder tener una idea de la vida parroquial de San Aloysio.
Dayton pasó los últimos varios veranos colaborando en la Parroquia San Diego, Pennington; San Jorge, Titusville; San Alfonso, Hopewell, y la Catedral Santa María de la Asunción, Trenton, donde también ha estado estudiando español.
Dayton compartió que empezó a sentirse llamado al sacerdocio en su niñez y adolescencia. “Servía como monaguillo en Santa Catarina y hablé con el monseñor Leubking. Me trató muy bien y me involucraba en la vida eclesial durante mi juventud”.
Dijo que el monseñor Leubking buscaba maneras para involucrarlo en la vida de la parroquia hasta cuando entró a la universidad a pesar de la distancia. El monseñor le ofrecía oportunidades para servir en bodas y muchas otras ocasiones sacramentales. También, los padres de Dayton le ayudaban en su proceso de discernimiento sobre el sacerdocio.
Graduó de Christian Brothers Academy, Lincroft, en el 2006. Estudió entonces en Christendom College, Fort Royal, Virginia, donde recibió bachilleres en ciencias políticas y económicas en el 2010. Al graduarse, se involucró en el servicio público trabajando para un asambleísta estatal. Fue una experiencia que profundizó su interés en ayudar a otros.
“Me ayudó ver lo interesante que puede ser el mundo, pero me di cuenta que no fue lo que quería hacer con mi vida”, compartió. “No sabía que iba a ser mi próximo paso después de las políticas. Pensé estudiar para una maestría”.
Al discernir qué hacer, contactó al Padre Garry Koch, actualmente el párroco de la Parroquia San Benedicto, Holmdel, quien le había enseñado y formado en la secundaria de CBA. “[Padre Garry] también enseñó a mi padre y empecé a conversar con él sobre la vida en general. Fue entonces que descubrí mi meta”.
Dayton empezó sus estudios para el sacerdocio en el Seminario y Universidad de Santa María, Baltimore, en el 2013 y recibirá su bachiller en teología sagrada y una maestría de divinidad poco antes de su ordenación en el 2018.
Dayton, quien recibirá sus vestimentas diaconales de su párroco, Padre Harold Cullen, está más que feliz que sus padres y hermanas y hermanos estarán presentes con él para compartir este día tan especial. “Me encanta ser de una familia grande. Amo a mis padres y a mis hermanas y hermanos. De ellos he aprendido mucho de lo que significa ser familia, de una manera espiritual. Es un aprendizaje fundamental que me servirá bien en el sacerdocio”, dijo Dayton.
~ Por Lois Rogers | Corresponsal
Michael G. DeSaye
Al acercarse al 20 de mayo, el día de su ordenación al diaconado, Michael G. DeSaye reflexiona mucho sobre su respuesta al llamado de Dios de servir como un sacerdote.
“No tengo una historia tan grande”, dijo francamente al explicar que no sentía un llamado desde su niñez ni nada cerca.
De hecho, admitió él, ha sido el opuesto. Su vocación se ha tratado silenciosamente de una serie de experiencias vividas y personas influyentes que ha conocido de por toda su vida. Reconoce el ejemplo de sus padres, Gregory y Deborah DeSaye, al crear un hogar católico siempre a instilar en él y sus tres hermanos los valores de la fe. También reconoce la bendición de haber estudiado en la Escuela Sagrada Familia, Lakewood, y Christian Brothers Academy, Lincroft.
Reflexionó de las muchas oportunidades de fe que le brindaron su pasión de música, especialmente los géneros de música clásica y sagrada, y su entrenamiento en el piano y el órgano. Trabajaba como organista cuando tenía apenas 14 años en la Parroquia Santa María de los Pinos, Lakewood, cuando su familia vivía en Brick.
Fue a estudiar en Ithaca College y recibió su bachiller en música y piano en el 2005. Al graduarse, trabajaba como organista en varias parroquias además de pianista en escuelas. Tocaba en centros artísticos y compañías de teatro a la vez. Pero al pensar en una carrera, música no fue su primera opción.
Empezó a explorar el interés que sentía de servir la Iglesia. Con el apoyo de su familia, entró a la Abadía Santa María, Morristown, y se hizo hermano benedictino y pasó cuatro años en formación en el noviciado hasta profesar votos simples. Mientras en Morristown, enseñaba música en Delbarton School, Morristown, y se afilió a la Parroquia Santa Ana, Hampton, de la Diócesis de Metuchen, donde se dio cuenta que su servicio en la Iglesia se estaba convirtiendo de la vida religiosa al ver el trabajo de un sacerdote diocesano en una parroquia.
Entre los sacerdotes que le ayudaron inspirar su vocación fue el Padre Michael Saharic, párroco de la Parroquia Santa Ana. Padre Saharic le presentará a DeSaye sus vestimentas en la ordenación. También le inspiró mucho el Padre Garry Koch, párroco de la Parroquia San Benedicto, Holmdel, a quien le conoció en Christian Brothers Academy como alumno de la secundaria. Gracias al ejemplo sacerdotal de Padre Koch, DeSaye conoció a la Parroquia San Benedicto y ahora considera a la parroquia como suya aunque sus padres pertenezcan a la Parroquia Santa Rosa de Lima en Freehold.
También están su amigo de niñez, el Padre Michael Pfleger, vicario parroquial de la Parroquia San Dominico, Brick, y el Padre Pablo Gadenz, profesor en el Seminario Inmaculada Concepción, South Orange.
Como seminarista de la Diócesis de Trenton, DeSaye recibió un certificado en pre-teología de Theological College en el campus de La Universidad Católica de América, Washington, D.C., en el 2015. Actualmente está trabajando para su maestría de divinidad en el Seminario Mount St. Mary, Emmittsburg, MD.
Durante los veranos ha trabajado en la Parroquia Sagrado Corazón, Trenton. Mientras ahí empezó a colaborar con Mount Carmel Guild, una agencia diocesana de Trenton que provee apoyo a personas necesitadas, como acompañante. Ha seguido también en Parroquia San Benedicto.
DeSaye mira a su ordenación al diácono como un paso en su camino sacerdotal. Está animado servir como diácono en la Parroquia de la Visitación, Brick, el pueblo donde vivían sus padres hace tiempo.
Ser ordenado “me llevará mucho más cerca a poder celebrar la Misa. Como diácono podré entender mejor lo que significa ministrar en el altar”. Añadió que podrá predicar la homilía además de celebrar bautismos y presidir matrimonios, servicios funerarios y compromisos.
“En fin, ser sacerdote se basa en la Misa y consagrar la Eucaristía”, dijo. “Eso es lo que quiero hacer. De eso se trata todo esto”.
~ Mary Stadnyk | Editora Asociada
Hermano Nicholas Dolan
El hermano Nicholas Dolan se ve tranquilo mientras habla del diaconado pero el brillo de sus ojos revelan su pasión verdadera.
“Me encanta la hermosura de la verdad de la fe católica y estoy animado poder predicar y ofrecer homilías”, dijo el seminarista de sus nuevos deberes como diacono transicional en la Parroquia San Antonio de Padua, Red Bank. “Estoy animado poder enseñar desde el corazón y permitirle a Dios usarme de esa manera”.
“Hacerme un instrumento que Dios utiliza que otras personas es recontra emocionante… y da miedo”, añadió con una risa. “Que Dios me entregue la responsabilidad de cuidar a sus hijos me asusta pero Él me dará la gracia para poder hacerlo”.
Y de hecho, Dios también le ha dado a un mentor.
El padre Alberto Tamayo, párroco de la Parroquia San Antonio en Red Bank, le entregará sus vestimentas al hermano Nicholas en la ordenación. El padre Tamayo le urgió a Hermano Nicholas hace muchos años a hacerse seminarista para la diócesis pero antes de poder contestar ese llamado, tenía él que discernirlo por sí mismo.
Nació el 28 de junio del 1992 a Robert y María Dolan. Asistió a escuela en Allenwood Elementary, Allenwood; la New School del condado de Monmouth, Holmdel; Wall Intermediate, Wall Township, y Christian Brothers Academy, Lincroft.
Aunque la fe católica siempre era un elemento fuerte en su vida familiar, “Nunca tuve una conexión propia con la fe. No la había captado”, explicó.
Compartió que al asistir a la Misa, reflexionaba sobre el trabajo del sacerdote afuera de la Misa. En su segundo año de la secundaria, su padre le regaló un libro del Papa San Juan Pablo II. Inspirado, Hermano Nicholas empezó a asumir más responsabilidad en la vida parroquial. Hablaba con sacerdotes, leía sobre las vidas de los santos, rezaba el Rosario con su familia cada noche – y leía más del Santo Papa Juan Pablo II, incluso sus escrituras sobre el sacerdocio.
“Esto es exactamente lo que quiero hacer con mi vida”, dijo sobre el momento en que se dio cuenta que estaba llamado a una vocación. “No puedo explicar cómo se siente realmente, porque es Dios actuando en ti”.
Hermano Nicholas recibió su bachiller en filosofía de Franciscan University en Steubenville, OH, en el 2014. Del 2014 a 2015 asistió al Seminario y Universidad Santa María en Baltimore. Actualmente, estudia para el sacerdocio en el Seminario Mount St. Mary, Emmitsburg, MD., y espera graduar de ahí en el 2018.
En sus veranos entre los estudios, trabajaba en capellanía parroquial y en hospitales con el padre Brian Woodrow, párroco de la Parroquia San Juan, Allentown, y servía con el Padre Tamayo en la Parroquia Corpus Cristi, Willingboro, y ahora en la parroquia de Red Bank.
“Estar en la parroquia, ver el día a día de un sacerdote desde adentro, he podido ver la realidad”, comentó sobre sus trabajos veraniegos.
Ese día a día sacerdotal se verá distinto para Hermano Nicholas porque pertenece también al Oratorio-en Formación de San Felipe Neri, ubicado en la propiedad de la Parroquia San Antonio de Padua. Como oratoriano, los sacerdotes y hermanos viven, rezan y sirven al pueblo de Dios juntos. El Oratorio es la casa permanente del clero así que él crecerá en su vocación en esa comunidad.
Un 30 por ciento de la parroquia es hispana y el hermano estudiará español este verano para poder un sacerdote que, como dijo San Pablo, es todas las cosas para todas las personas. El hermano Nicholas busca entregarse totalmente al servicio de la parroquia.
“Son generosos sin tener que preguntar ni pedir, y así quiero yo vivir mi sacerdocio – para mi Dios y para mi Iglesia”.
~ Jennifer Mauro
James Smith
Otras personas que James Smith reconocieron la posibilidad de su vocación al sacerdocio antes que él, más que nada en su parroquia de la Encarnación en Ewing.
“Mi madre trabajaba en la rectoría de la iglesia, y otros feligreses preguntaban y sugerían que a lo mejor me hiciera sacerdote”, dijo Smith durante los días antes de su ordenación al diaconado transicional.
Un nativo de Ewing, Smith conoció la idea de vocación cuando tenía treinta y pico años mientras se preparaba para el Sacramento de Matrimonio con su novia de entonces.
“Al comprometerme a casarme fue cuando realmente redescubrí mi fe”, dijo. Como parte de la preparación matrimonial, empecé a asistir a Misa más y me involucré en la vida parroquial. Me encontré muy atraído al Santísimo y me sentía una cercanía cierta a Dios que no había sentido antes. Todas las cosas de mi vida me deberían haber dirigido al Sacramento de Matrimonio; sin embargo, al reflexionar sobre mi vida entonces, lo que me sentía era un deseo increíble de acercarme a Dios”.
Smith buscó dirección en la Diócesis y habló con el monseñor Gregory D. Vaughan, quien servía en aquel tiempo como director de la Oficina de Vocaciones. Smith decidió empezar el camino al sacerdocio y empezó a estudiar.
Mientras trabajaba en una joyería local, estudiaba en el Mercer County Community College y reavivó su pasión por la educación después de haber salido de la secundaria hace unos 13 años.
“Pensé que me los académicos me iban a ser difíciles, haber estado lejos para tanto tiempo”, admitió. “Fue un cambio grande, un cambio bueno que me dejaba queriendo más”.
Después de adquirir una cierta cantidad de créditos, volvió a hablar con el monseñor Vaughan y empezó a buscar matricularse en seminarios diferentes. Smith entró el Seminario y Universidad Santa María, Baltimore, en el 2012.
Pasó los veranos trabajando en varias parroquias de la Diócesis de Trenton. Servía como lector y ministro extraordinario de la Eucaristía en la Parroquia Encarnación-San Diego, Ewing. Actualmente sirve como lector y acólito en la Parroquia Nuestra Señora del Buen Consejo, West Trenton.
En el 2015, ayudó con las liturgias, la pastoral juvenil y el ministerio a los enfermos y personas en casa en la Parroquia San Bernabé, Bayville.
El verano pasado, ayudó al monseñor James Innocenzi, vicario judicial diocesano, con evaluar y procesar casos de anulo en la cancillería mientras servía en la Parroquia Sagrado Corazón, Trenton.
“Me gustó mucho trabajar para la diócesis”, compartió. “Conocer al personal y ver la pasión y amor que tienen por Cristo y lo duro que trabajan para mejorar las vidas del pueblo de la diócesis es increíble”.
Después de su ordenación al diaconado transicional, servirá en la Parroquia Nuestra Señora de Dolores-San Antonio, Hamilton.
Sus padres, Robert y Deborah, aún viven localmente. Smith es uno de tres hermanos.
El padre Michael Hall, párroco de la Parroquia Nuestra Señora del Buen Consejo y director de la Oficina de Liturgias, le entregará sus vestimentas.
Al mirar hacia el futuro, Smith dice que está animado “crecer en mi propia formación y poder compartir ese crecimiento y vida en Cristo con los demás”.
Como diácono transicional, tendrá la oportunidad para predicar, una oportunidad que acepta con humildad. “Si a través de mis palabras y acciones y mi propio camino puedo ayudar acercarles a otros a Cristo – wow, que regalo tan grande”.
~ Rose O’Connor | Corresponsal
[[In-content Ad]]