Líderes católicos rezan por víctimas de tragedia en San Antonio
July 29, 2019 at 12:37 p.m.

"No hay palabras para transmitir la tristeza, el desespero y sí, hasta la ira que sentimos hoy", él dijo en un comunicado emitido el 23 de julio.
Un día antes, oficiales del orden público de San Antonio encontraron ocho cuerpos dentro de un camión en el estacionamiento de un Walmart. Las ocho personas muertas estaban entre las 39 que estaban dentro del tráiler sufriendo de deshidratación extrema y golpe de calor. Por lo menos otros 20 de los rescatados del camión estaban en condición grave y fueron transportados al hospital. Dos murieron más tarde y para el 24 de julio, 10 personas en total habían muerto.
En un comunicado del 24 de julio el presidente del Comité sobre Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos dijo que los obispos del país unieron sus voces en duelo por la pérdida de vida y condenaron el trato hacia los migrantes, muchos de los cuales eran de México y Guatemala, en una sospechada operación de contrabando humano.
La pérdida de vidas es trágica y podía haberse prevenido, dijo el obispo Joe S. Vásquez de Austin.
"Condenamos esta terrible explotación humana que ocurrió y continúa sucediendo en nuestro país", dijo el obispo.
"En un momento como este, reflexionamos sobre las palabras del Santo Padre, el papa Francisco: 'La defensa de los seres humanos no conoce barreras; todos estamos unidos queriendo asegurarle una vida digna a todo hombre, mujer y niño que se vea obligado a abandonar su tierra'", dijo el obispo Vásquez.
El jefe de la policía de San Antonio, William McManus, dijo que el incidente era "una tragedia horrorosa" y dijo que está considerando cargos de contrabando humano. La agencia de noticias The Associated Press informó que James Matthew Bradley, de 60 años de edad, de Clearwater, Florida, quien se cree que fue el conductor del camión, fue arrestado bajo acusaciones de contrabando.
San Antonio está a unas 150 millas de la frontera Estados Unidos-México. La temperatura en la ciudad el día del incidente alcanzó los 101 grados Fahrenheit. La carga humana en el camión fue descubierta después que el conductor dejó el camión y alguien salió a pedir agua a un empleado de Walmart, dijo la AP.
En su comunicado, el arzobispo García-Siller dijo que la comunidad estaba orando por la recuperación de los adultos y los niños que fueron hospitalizados. La agencia AP dijo que por lo menos cuatro de los sobrevivientes tenían entre 10 y 17 años.
"Caridades Católicas de la Arquidiócesis de San Antonio ya recurrió a nuestro alcalde y prometió ofrecer cualquier ayuda que sea necesaria. Haremos todo lo posible por estos hermanos y hermanas y sus familias", él dijo.
El arzobispo García-Siller dijo que la tragedia fue "un toque de clarín" para que la nación le de prioridad a la reforma migratoria.
"Todos -- las iglesias, las agencias del orden público, los funcionarios electos estatales y nacionales, las organizaciones cívicas, los grupos caritativos -- tienen que priorizar el asunto de la inmigración y verdaderamente trabajar juntos de maneras nuevas que nos han eludido en el pasado para soluciones que tengan sentido común. ¡No más retrasos! ¡No más víctimas!", el dijo.
Él recordó que cuando 19 personas murieron bajo circunstancias parecidas en un tráiler cerca del pueblo de Victoria, Texas en el 2003, muchos prometieron trabajar con otros para asegurar que algo igual no sucediera otra vez.
Desafortunadamente, en meses recientes, las agencias del orden público han reportado más operaciones de tráfico y contrabando humano en la frontera, dijo el arzobispo García-Siller.
"Oramos por estas víctimas y todas las víctimas del tráfico y contrabando humano; para que esta monstruosa forma moderna de esclavitud tenga un final pronto y definitivo", añadió el arzobispo. "Dios llora viendo esta realidad y muchas otras situaciones como estas en todo nuestro país y en todo el mundo".
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"No hay palabras para transmitir la tristeza, el desespero y sí, hasta la ira que sentimos hoy", él dijo en un comunicado emitido el 23 de julio.
Un día antes, oficiales del orden público de San Antonio encontraron ocho cuerpos dentro de un camión en el estacionamiento de un Walmart. Las ocho personas muertas estaban entre las 39 que estaban dentro del tráiler sufriendo de deshidratación extrema y golpe de calor. Por lo menos otros 20 de los rescatados del camión estaban en condición grave y fueron transportados al hospital. Dos murieron más tarde y para el 24 de julio, 10 personas en total habían muerto.
En un comunicado del 24 de julio el presidente del Comité sobre Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos dijo que los obispos del país unieron sus voces en duelo por la pérdida de vida y condenaron el trato hacia los migrantes, muchos de los cuales eran de México y Guatemala, en una sospechada operación de contrabando humano.
La pérdida de vidas es trágica y podía haberse prevenido, dijo el obispo Joe S. Vásquez de Austin.
"Condenamos esta terrible explotación humana que ocurrió y continúa sucediendo en nuestro país", dijo el obispo.
"En un momento como este, reflexionamos sobre las palabras del Santo Padre, el papa Francisco: 'La defensa de los seres humanos no conoce barreras; todos estamos unidos queriendo asegurarle una vida digna a todo hombre, mujer y niño que se vea obligado a abandonar su tierra'", dijo el obispo Vásquez.
El jefe de la policía de San Antonio, William McManus, dijo que el incidente era "una tragedia horrorosa" y dijo que está considerando cargos de contrabando humano. La agencia de noticias The Associated Press informó que James Matthew Bradley, de 60 años de edad, de Clearwater, Florida, quien se cree que fue el conductor del camión, fue arrestado bajo acusaciones de contrabando.
San Antonio está a unas 150 millas de la frontera Estados Unidos-México. La temperatura en la ciudad el día del incidente alcanzó los 101 grados Fahrenheit. La carga humana en el camión fue descubierta después que el conductor dejó el camión y alguien salió a pedir agua a un empleado de Walmart, dijo la AP.
En su comunicado, el arzobispo García-Siller dijo que la comunidad estaba orando por la recuperación de los adultos y los niños que fueron hospitalizados. La agencia AP dijo que por lo menos cuatro de los sobrevivientes tenían entre 10 y 17 años.
"Caridades Católicas de la Arquidiócesis de San Antonio ya recurrió a nuestro alcalde y prometió ofrecer cualquier ayuda que sea necesaria. Haremos todo lo posible por estos hermanos y hermanas y sus familias", él dijo.
El arzobispo García-Siller dijo que la tragedia fue "un toque de clarín" para que la nación le de prioridad a la reforma migratoria.
"Todos -- las iglesias, las agencias del orden público, los funcionarios electos estatales y nacionales, las organizaciones cívicas, los grupos caritativos -- tienen que priorizar el asunto de la inmigración y verdaderamente trabajar juntos de maneras nuevas que nos han eludido en el pasado para soluciones que tengan sentido común. ¡No más retrasos! ¡No más víctimas!", el dijo.
Él recordó que cuando 19 personas murieron bajo circunstancias parecidas en un tráiler cerca del pueblo de Victoria, Texas en el 2003, muchos prometieron trabajar con otros para asegurar que algo igual no sucediera otra vez.
Desafortunadamente, en meses recientes, las agencias del orden público han reportado más operaciones de tráfico y contrabando humano en la frontera, dijo el arzobispo García-Siller.
"Oramos por estas víctimas y todas las víctimas del tráfico y contrabando humano; para que esta monstruosa forma moderna de esclavitud tenga un final pronto y definitivo", añadió el arzobispo. "Dios llora viendo esta realidad y muchas otras situaciones como estas en todo nuestro país y en todo el mundo".
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