Emanuel, "Dios con nosotros"
July 29, 2019 at 12:37 p.m.

Es siempre una coincidencia maravillosa que nuestra celebración del Día de Acción de Gracias ocurre justo antes del primer domingo de Adviento cada año. Aunque el Día de Acción de Gracias no sea una fiesta litúrgica, es un momento muy oportuno agachar la cabeza en gratitud a Dios por todo que nos da antes de empezar un nuevo año eclesial.
Adviento es un tiempo especial de esperanza --- un tiempo lleno de preparación para la comunidad cristiana entera--- aunque la sociedad mayormente lo vea como una celebración extendida de Navidad. Es totalmente cierto que Cristo ya ha venido y debemos regocijar su Encarnación cada día de nuestras vidas. Pero las cuatro semanas de Adviento nos ofrecen momentos especiales para ‘recontar’ la historia que nos lleva al nacimiento de Jesús, la Esperanza de Israel.
Las imágenes de Isaías y los profetas, Juan Bautista, y de María tienen un lugar tan prominente en las Escrituras que leemos y de que predicamos durante estas pocas y veloces semanas. Debemos dejar que “la Palabra” entre profundamente a nuestras mentes, corazones y almas mientras los grandes personajes de Adviento anticipan “la Palabra que se hizo Carne”. Los himnos que cantamos y las oraciones que rezamos en Misa dirigen nuestra atención en la fe hacia el Uno que ha venido, el Uno que viene y el Uno que aún volverá, nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Todo tiene que ver con Él: el todo que somos, el todo que esperamos y el todo que hacemos como cristianos. Tenemos que vivir cada día del Adviento anticipando el próximo, cada vez una nueva revelación más profunda de Emanuel, “Dios con nosotros”.
Aunque ya hemos leído y cantado y rezado el mensaje de Adviento tantas veces, un pause, unos momentos tranquilos de oración y la celebración del Sacramento de Reconciliación hacen mucho para “renovar todo”… de nuevo. Ofrecen este o solamente para el Pueblo de Dios sino para todas las personas que sirve al Pueblo en nuestras parroquias también.
De la misma manera que incluí a todos ustedes en mi oración para el Día de Acción de Gracias, también les mantengo muy presentes con la alegre anticipación de lo que trae el nuevo año eclesial para la Diócesis de Trenton porque el Señor Jesús está entre nosotros. ¡Vengan, adoremos a Él!
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Es siempre una coincidencia maravillosa que nuestra celebración del Día de Acción de Gracias ocurre justo antes del primer domingo de Adviento cada año. Aunque el Día de Acción de Gracias no sea una fiesta litúrgica, es un momento muy oportuno agachar la cabeza en gratitud a Dios por todo que nos da antes de empezar un nuevo año eclesial.
Adviento es un tiempo especial de esperanza --- un tiempo lleno de preparación para la comunidad cristiana entera--- aunque la sociedad mayormente lo vea como una celebración extendida de Navidad. Es totalmente cierto que Cristo ya ha venido y debemos regocijar su Encarnación cada día de nuestras vidas. Pero las cuatro semanas de Adviento nos ofrecen momentos especiales para ‘recontar’ la historia que nos lleva al nacimiento de Jesús, la Esperanza de Israel.
Las imágenes de Isaías y los profetas, Juan Bautista, y de María tienen un lugar tan prominente en las Escrituras que leemos y de que predicamos durante estas pocas y veloces semanas. Debemos dejar que “la Palabra” entre profundamente a nuestras mentes, corazones y almas mientras los grandes personajes de Adviento anticipan “la Palabra que se hizo Carne”. Los himnos que cantamos y las oraciones que rezamos en Misa dirigen nuestra atención en la fe hacia el Uno que ha venido, el Uno que viene y el Uno que aún volverá, nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Todo tiene que ver con Él: el todo que somos, el todo que esperamos y el todo que hacemos como cristianos. Tenemos que vivir cada día del Adviento anticipando el próximo, cada vez una nueva revelación más profunda de Emanuel, “Dios con nosotros”.
Aunque ya hemos leído y cantado y rezado el mensaje de Adviento tantas veces, un pause, unos momentos tranquilos de oración y la celebración del Sacramento de Reconciliación hacen mucho para “renovar todo”… de nuevo. Ofrecen este o solamente para el Pueblo de Dios sino para todas las personas que sirve al Pueblo en nuestras parroquias también.
De la misma manera que incluí a todos ustedes en mi oración para el Día de Acción de Gracias, también les mantengo muy presentes con la alegre anticipación de lo que trae el nuevo año eclesial para la Diócesis de Trenton porque el Señor Jesús está entre nosotros. ¡Vengan, adoremos a Él!
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