Con la paz como nuestra meta, damos gracias a nuestros veteranos
July 29, 2019 at 12:37 p.m.

El 12 de mayo del 1962, el general Douglas MacArthur volvió a West Point para recibir un honor de esa institución venerable y para hablar con los cadetes.
Su mensaje memorable presentó una visión del servicio militar que atestiguó su propia experiencia extensa y la nobleza de tal servicio. “Deber, Honor, País”, reflexionó con los cadetes y veteranos presentes en aquel momento, “Esas tres palabras santas dictaminan reverentemente lo que deberías ser, lo que puedes ser, lo que serás”.
MacArthur buscaba glorificar la guerra sino inspirar a las personas en uniforme a buscar la paz. “Nadie más reza por la paz que el soldado”, observó, “porque él es quien soporta las más duras cicatrices de la guerra”.
Nuestro país formalmente honra a sus militares veteranos desde el año 1919. Este año, mientras los conmemoramos a esas mujeres y hombres valientes de cada generación que han servido a nuestro país, respondiendo al llamado y, cuando sea necesario, poniéndose en peligro en búsqueda de la paz, que los ofrezcamos nuestras oraciones de gratitud por su sacrificio pidiendo a Dios que su servicio nunca sea en vano.
Que la paz verdadera y duradera sea siempre nuestra meta, de todos nosotros, como un país bajo la protección de Dios. Y a nuestros veteranos en este, su día, “gracias por su servicio”.
- El reverendísimo David M. O'Connell, C.M.
Obispo de Trenton
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El 12 de mayo del 1962, el general Douglas MacArthur volvió a West Point para recibir un honor de esa institución venerable y para hablar con los cadetes.
Su mensaje memorable presentó una visión del servicio militar que atestiguó su propia experiencia extensa y la nobleza de tal servicio. “Deber, Honor, País”, reflexionó con los cadetes y veteranos presentes en aquel momento, “Esas tres palabras santas dictaminan reverentemente lo que deberías ser, lo que puedes ser, lo que serás”.
MacArthur buscaba glorificar la guerra sino inspirar a las personas en uniforme a buscar la paz. “Nadie más reza por la paz que el soldado”, observó, “porque él es quien soporta las más duras cicatrices de la guerra”.
Nuestro país formalmente honra a sus militares veteranos desde el año 1919. Este año, mientras los conmemoramos a esas mujeres y hombres valientes de cada generación que han servido a nuestro país, respondiendo al llamado y, cuando sea necesario, poniéndose en peligro en búsqueda de la paz, que los ofrezcamos nuestras oraciones de gratitud por su sacrificio pidiendo a Dios que su servicio nunca sea en vano.
Que la paz verdadera y duradera sea siempre nuestra meta, de todos nosotros, como un país bajo la protección de Dios. Y a nuestros veteranos en este, su día, “gracias por su servicio”.
- El reverendísimo David M. O'Connell, C.M.
Obispo de Trenton